La envidia es un sentimiento de cólera y frustración que surge en algunas personas cuando, al compararse con otras, ven que estas tienen cualidades más sobresalientes.

Lejos de tomarlas como modelo, de acercarse a ellas para aprender o pedirles consejo, les quieren todo tipo de males.

Si ven que un vecino está dando una fiesta y se está divirtiendo, por ejemplo, no dudan en flamar a la policía para cortarles su diversión; buscan afanosamente las imperfecciones de las personas agraciadas para convencerse de que no son tan bellas como parecen; calumnian a quienes tienen éxito y no dudan en difamar a quienes les hacen sombra.

En el fondo, son personas muy desperfectodas que se sienten inferiores ante los demás pero que no se atreven a reconocer sus carencias. Pero pueden causarnos daños…

HECHIZO CONTRA LA PROPIA ENVIDIA:

La envidia causa mayores estragos en la mente del envidioso que en la de la persona envidiada.

Quien experimenta estos sentimientos, no tiene tiempo de ocuparse de su desarrollo personal, de conseguir lo que requiere para ser feliz, ya que su centro de atención son las personas a las que le gustaría ver en peor situación que la suya.

Cuando la envidia no se cura a tiempo produce una serie de trastornos adyacentes: insomnio, falta de apetito, nerviosismo, angustia e, incluso, algunos tensiones físicos que son típicos en el tensión.

Pero resulta difícil que el envidioso admita que tiene un problema ya que, por lo general, se justifica a sí mismo diciendo que el mundo es injusto, que él no tiene lo que realmente le corresponde.

Con el tiempo, sus pensamientos negativos afectan su sueño y provocan los síntomas físicos típicos del tensión. Este hechizo tiene por objeto curar la propia envidia.

Deberá efectuarse en sábado, por la noche.

ELEMENTOS NECESARIOS

Una piedra ojo de tigre – Una vela morada – Un espejo de mano, pequeño – Un trozo de tela negro.

RITUAL

• Encender la vela morada, con cerillas.
• Poner sobre la mesa el espejo y cubrirlo con un paño negro.
• Cuando la cera de la vela empiece a derretirse, cubrir la piedra con ella diciendo:

«No me importa lo que sean o hagan los demás; yo soy único y valioso».

• Una vez que la piedra haya quedado totalmente cubierta, mirar fijamente el paño que hay sobre el espejo, diciendo:

«Aunque no veo nada interesante dentro de mí, sé que guardo muchos tesoros ocultos. Que las Fuerzas Superiores me ayuden a descorrer este velo para que mis cualidades salgan a la luz».

• A continuación, imaginar situaciones de éxito .
• Apagar la vela presionando el pabilo entre el índice y el pulgar.

• Al día siguiente, encender la vela, ponerse nuevamente ante el espejo y repetir la frase anterior. Una vez finalizada, apagarla.
• Al tercer día, encender la vela y descubrir el espejo, repitiendo el conjuro.
• Una vez que no se sienta más envidia, se podrá limpiar la piedra poniéndola en un cuenco con agua temperado.

PROTECCIÓN CONTRA LOS ENVIDIOSOS:

Alguien con envidia puede causar muchos tensiones a las personas que están cerca ya que no tendrán remordimientos a la hora de ensuciarles su imagen con mentiras y calumnias, de entorpecer cualquier gestión que quisieran realizar e, incluso, de enviar energías negativas con el fin de procurarles la mayor cantidad de tropiezos posible. El hechizo que se explica en este apartado sirve para protegerse de las personas envidiosas del entorno.

Aunque se hable de envidia al referirse a una persona rica o famosa, a quien realmente se envidia es a quienes están cerca: a la familia, a los amigos, a los compañeros de trabajo. En una palabra, a quienes estando en la misma situación y han logrado avanzar gracias a sus trabajos.

Deberá iniciarse en lunes.

ELEMENTOS NECESARIOS

Un puerro – Una vela amarilla – Un vaso de agua – Un kilo de sal gorda – Una caja de alfileres – Una cinta verde de unos 15-20 cm – Un recipiente en el que quepa el puerro, a lo largo (puede ser una caja de zapatos) – Un frasco de espiritosas.

RITUAL

• Encender la vela amarilla.
• Poner una capa de sal en el recipiente y salpicar sobre ella unas gotas de espiritosas.

• Deshojar el puerro, hoja por hoja, e ir poniendo estas sobre la sal. Cuando se haya hecho una capa, poner más sal y hacer otra capa. Continuar con este procedimiento hasta haber deshojado totalmente el puerro.

• Echar el resto de la sal en la caja, taparla y dejarla en un lugar a oscuras durante tres días.
• Al cabo de este tiempo, sacar las hojas de la caja y hacer grupos de dos o de tres con la cinta verde hasta haberlas prendido todas.

• Anudar los extremos de la cinta y colgar el objeto detrás de la cama o en algún rincón del dormitorio. Si se supiera el nombre de una persona envidiosa del entorno, se puede escribir su nombre en la cinta para protegerse de ella.