En su libro, Tratado sobre Fuego Cósmico, publicado por Alice A. Bailey bajo las enseñanzas del Maestro tibetano Djwhal Khul, encontramos la definición de qué y quién puede ser un mago blanco y de las 15 reglas para la magia blanca.

1. Mago blanco es aquel que está en contacto con su alma.

2. Es receptivo y consciente del propósito y del plan de su alma.

3. Es capaz de recibir impresiones del reino del espíritu y registrarlas en su cerebro físico.

4. Se afirma también que la magia blanca: a. Actúa de arriba abajo. b. Es el resultado de la vibración solar y por lo tanto de la energía egoica. c. No es un efecto de la vibración del aspecto forma de la vida, porque está divorciada de la emoción y del impulso mental.

5. La energía que desciende del alma es el resultado de: a. El constante recogimiento interno. b. La concentrada y centralizada comunicación del alma con la mente y el cerebro. c. La continua meditación sobre el plan de evolución.

6. Por lo tanto, el alma está en profunda meditación durante todo el ciclo de encarnación física, y es lo único que le concierne al estudiante.

7. Esta meditación es de naturaleza rítmica y cíclica, como lo es todo en el cosmos. El alma respira y por esto vive su forma.

8. Cuando la comunicación entre el alma y su instrumento es consciente y sostenida, el hombre se convierte en mago blanco.

9. Por lo tanto, quienes trabajan con magia blanca son invariablemente, y debido a la naturaleza misma de las cosas, seres humanos avanzados, pues se requieren muchos ciclos de vida para entrenar a un mago.

10. El alma domina su forma mediante el sutratma o hilo de vida, y (a través de éste) vitaliza su triple instrumento (mental, emocional y físico) y así establece comunicación con el cerebro. A través del cerebro, conscientemente controlado, el hombre es energizado para realizar una actividad inteligente en el plano físico.

REGLAS PARA LA MAGIA

REGLA UNO:

El Ángel Solar se recoge en sí mismo, no disipa su fuerza, sino que en profunda meditación se comunica con su reflejo.

REGLA DOS:

Cuando la sombra ha respondido, el trabajo prosigue en profunda meditación. La luz inferior es proyectada hacia arriba; la luz superior ilumina a los tres, y el trabajo de los cuatro prosigue.

REGLA TRES:

La Energía circula. El punto de luz, producto de la labor de los cuatro, crece y aumenta. Miríadas se reúnen en torno de su calor resplandeciente, hasta que merma su luz y su fuego disminuye. Después será emitido el segundo sonido.

REGLA CUATRO:

El sonido, la luz, la vibración y la forma se entremezclan y fusionan, y así el trabajo es uno. Prosigue de acuerdo a la ley, y nada puede impedir que avance el trabajo. El hombre respira profundamente. Concentra sus fuerzas y arroja de sí la forma mental.

REGLA CINCO:

Tres cosas preocupan al Ángel Solar antes de que la envoltura creada descienda; la condición de las aguas, la seguridad de aquél que así crea y la constante contemplación. De ese modo están aliados para el triple serdefecto, el corazón, la garganta y el ojo.

REGLA SEIS:

Cuando el ojo se abre, los devas de los cuatro inferiores sienten la fuerza, son expulsados y pierden a su amo.

REGLA SIETE:

Las fuerzas duales son vistas en el plano donde debe descubrirse el poder vital; los dos senderos enfrentan al Ángel Solar; los polos vibran. Aquél que medita debe hacer una elección.

REGLA OCHO:

 Los Agnisurias responden al sonido. El flujo y el reflujo de las aguas. Que el mago cuide de no ahogarse en el punto donde la tierra y el agua se unen. El punto medio, que no es seco ni húmedo, debe proporcionar el lugar donde él asiente sus pies. Donde se unen el agua, la tierra y el aire, ése es el lugar en que debe hacerse el trabajo mágico.

REGLA NUEVE :

Después sobreviene la condensación. El fuego y las aguas se encuentran; la forma se dilata y crece. Que el mago ubique su forma en el sendero apropiado.

REGLA DIEZ :

A medida que las aguas bañan la forma creada, éstas son absorbidas y utilizadas. La forma acrecienta su fuerza; que el mago continúe hasta que su trabajo sea suficiente. Que los constructores externos cesen su trabajo y los constructores internos inicien su ciclo.

REGLA ONCE:

Aquel que trabaja con la ley, tiene ahora que llevar a cabo tres cosas: Primeramente, descubrir la fórmula que confine las vidas dentro de la muralla esferoidal; luego, pronunciar las palabras que le expresen a esas vidas qué deben hacer y dónde llevar lo que ha sido hecho; finalmente, pronunciar la frase mística que lo salvaguardará de su trabajo. REGLA DOCE:

La trama palpita. Se contrae y dilata. Que el mago se apodere del punto medio a fin de liberar a esos «prisioneros del planeta» cuya nota está correcta y exactamente afinada con aquello que debe ser hecho.

REGLA TRECE:

El mago debe reconocer a los cuatro; observar en su trabajo el tono violeta que evidencian, y así construir la sombra. Cuando esto ocurre, la sombra se reviste a sí misma y los cuatro se convierten en siete.

REGLA CATORCE:

El sonido aumenta. Se acerca la hora del peligro para el alma valerosa. Las aguas no han dañado al creador blanco y nada puede ahogarlo ni mojarlo. Ahora susto el peligro del fuego y de las llamas, sin embargo se observa tenuemente el humo que se eleva. Que él, después del ciclo de paz, acuda nuevamente al Ángel Solar.

REGLA QUINCE:

Los fuegos se acercan a la sombra, sin embargo no la queman. La envoltura del fuego se ha terminado de construir. Que el mago entone las palabras que fusionan el fuego y el agua.

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