Se basa en el «Yo», en uno mismo, pero no el «yo del ego » del numero 1, es un «Yo» más profundo, que se basa en la Fe, la Autoestima y el valor en uno mismo.

Lo sagrado, según la cosmogonía. La héptada, «cifra digna de veneración», decían los pitagóricos, ya que se trata de una vibración controlada por los siete espíritus celestiales que gobiernan al mundo, correspondiente a los siete planetas tradicionalmente percibidos entonces.

Se le llamó también el número de la vida, al observar que los sietemesinos vivían, mientras que los nacidos en el octavo mes, por norma general, fallecían.

El 7 es el número Cabalístico (o sagrado) por excelencia para los caldeos, babilonios, esenios, griegos, egipcios, chinos, hindúes, mayas, aztecas, incas, etc. Se compone de la tríada (3) y de la tetrada (4), por lo que es la combinación de Dios y la naturaleza humana.

Es el número de la Creación y el número del Poder Espiritual. Ejemplos de su manifestación: el Génesis, los siete Sellos, las siete notas musicales, los siete colores del Arcoíris.

La séptima carta del Tarot es «El Carro» (carroza o andas), que representa la victoria del espíritu.

La voluntad victoriosa se basa en la ecuanimidad y estado de receptividad, hechos ganados por mérito propio.

Es una conquista en todos los planos de la mente, la ciencia, la intuición. En el sentido más elevado, sugiere el gobierno del espíritu, en donde el Yo superior es el cochero que está al mando del vehículo que conduce (su cuerpo físico).

Según Bhajan, el séptimo cuerpo es el aura, que le da a la persona su capacidad de elevarse y de elevar a los demás. Su frase clave es «Plataforma de levitación» y se relaciona con la misericordia (sensibilidad, fe, intuición, magnetismo, capacidad de investigación).

Perfil dominante: estas personas muestran mucho interés por los asuntos misteriosos, esotéricos y místicos, ya que su intuición está muy desarrollada e inclusive pueden dar muestras de clarividencia desde la muy temprana infancia.

Muchas veces parecen distantes debido a que son muy soñadores y, en realidad, son más bien herméticos al trato con personas desconocidas, pero poseen gran sensibilidad y entereza.

Tienden al perfeccionismo y los cambios súbitos, sin mediar un análisis, trastornan su equilibrio y suelen desatar polémica por su manera poco convencional de hacer las cosas.

Algunas son frías y caen en profundas depresiones con cierta frecuencia. Otras son calculadoras y usan su intuición para fines personales.

Siete en Alma: son sumamente fuertes en su alma, por lo que destacan en cualquier cosa que emprendan.

Se conocen mucho a sí mismas y usan su fuerza para continuar creciendo humanamente. Su alma es como un castillo, cuyas puertas están abriéndose constantemente a nuevas revelaciones.

Siete en Personalidad: no le gustan los cambios, pero los afronta con madera de liderazgo y en pos de una mayor sabiduría.

Se refuerza el perfeccionismo. Hay más idealismo que sentido práctico en la acción. Sin embargo, son personas que destacan por cierta sabiduría que les permite verlo todo con «tres ojos».

Cuando el siete no trabaja, la persona se vuelve pusilánime, miedosa e incapaz de enfrentar a la gente, pues permite que las informaciones negativas penetren su aura.

Siete en Regalo: máxima capacidad de ejecución, con una buena estrella para destacar en todo lo que emprende, su regalo consiste en un poder personal considerable que apunta hacia la pureza, lo positivo y lo elevado.

Puede entrar en cualquier situación y llevar el espíritu hacia ella.

Es la chispa de la vida en una fiesta, pues genera buenas energías fácilmente.

Siete en Destino: es fuente de inspiración para otras, empuja, jala y mueve a las demás; ha actividaddo a favor de altos ideales sembrando en su alma cualidades de sencillez y comfuerza hacia el dolor ajeno.

La gente ve a esta persona como muy inspiradora y elevadora.

Siete en Misión: esta persona requiere dejar de ser un líder en problema y aceptar sus cualidades directivas, venciendo la debilidad, ya sea del temor o del egocentrismo.

Si bien, hay un punto en que ambos aspectos convergen en una misma cosa: ego. Debe aprender a tener misericordia. Debe aprender a elevar a toda la humanidad, siempre a dar inspiración y hacer sentir esperanza donde no la hay.

Si al reducir tu fecha de nacimiento obtienes un SIETE:

Nacen en entornos hostiles, ya sea en un nido familiar complicado o en un ambiente conflictivo, sin saber muy bien qué hacen aquí ni a qué han venido. Tardan en encontrarse. Y ese es su principal aprendizaje. Encontrar su fe, su verdad, su camino

Personas algo solitarias, pensadores, espirituales y muy intuitivas… Pero con una tendencia al desequilibrio emocional, a los estados depresivos y los nervios.

Ese miedo y esa falta de autoestima les puede conducir a relaciones dañinas de dependencia, experimentar maltratos o dejarse tratar mal, por no sentirse merecedores de lo bueno o por miedo al cambio.

Tienen que definir qué quieren hacer en ésta vida, qué esperan de ella, y superar sus miedos para conseguirlo.

Raras veces tendrán un camino fácil, pero la Fe es lo que les hará salir adelante. Tener Fe en que siempre todo saldrá bien.

El siete es un número vocacional, y tienen que encontrar su vocación y trabajar en ella, de lo contrario la infelicidad estará servida.

Seguramente experimenten como mínimo un cambio muy brusco en su vida, un partir de cero, pues primero tomarán un camino, dejando conducirse por el destino que se vaya presentando, pero una vez se encuentren, sepan quienes son y qué quieren… irán a por ello aunque lo tengan que dejar todo atrás.

Aprender a amarse y superar sus miedos es su principal tarea en ésta vida.

Se mostrarán tímidos, reservados, buenos, nada problemáticos, trabajadores, responsables y quietos.

Si nos esforzamos un poco en conocerles, descubriremos un montón de amor, de buenos sentimientos en su interior. Inteligencia, videncia, intuición… y mucha capacidad para el trabajo.

Otros números:

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Números triples