Queremos compartir hoy con vosotros dos mensajes de Anael, el ángel del amor y de la verdad, canalizados por Julia García Cervera, y un ritual para pedirle ayuda cuando requieremos conocer la verdad.

Anael, el Ángel del amor, nos deja un mensaje para todas aquellas personas que se encuentran en un momento triste de sus vidas, en un momento de vacío interno y sin ilusión.

«He visitado tu interior y lo he visto devastado por la tristeza y la desilusión. He visto un paisaje gris y frío que no invita a existir.

Allí me he quedado tiempo, esperando un rayo de tu Luz, pero no llegaba.

Así que visité tu mente, aquella que prometía creatividad, alegría y fuerza, pero estaba pasiva y sin proyectos, sin rumbo y sin saber adónde dirigir tus pasos.

He buscado entre las experiencias acumuladas, entre tus recuerdos y he visto muchas ausencias, pérdidas y desengaños.

La tristeza se ha apoderado de tu mente proyectando una existencia gris, demasiado gris.

Así que he visitado tu alma y ella estaba llena de comfuerza hacia ti, con gran quieras de comunicarse contigo, ella posee la Luz que puede rescatarte de tu absoluta oscuridad, de tu vida pasiva y triste, ella quiere rescatarte, así que abro un hilo dorado entre tu alma y tu mente para que te rescate, para que te ilumine, para que te sane.

Tu alma quiere que sientas, que disfrutes, que convivas con las personas, que participes de todo lo que te rodea ¡tu alma quiere que vivas!

Así que te he visitado y casi no te reconocí. Tu alma me habló de tus miedos y yo le encomendé que te hablara de amor, del amor por la vida, del amor por la humanidad, del amor por ti misma, el amor que debes sentir, el que siento yo por ti.

Soy Anael, el Ángel del amor.»

Junto al corazón físico, en el centro del pecho, reside en cada uno de ustedes una luz dorada, es la fuente del amor incondicional.

Esa luz puede estar atenuada, casi extinguida en momentos de disagrado, enojo, presión del entorno, desvalorización personal, ira, negación, prepotencia, desdén… pero puede inundar todo el cuerpo y expandirse hacia los demás.

Es la energía que eran, son y serán, la que no ven, la que no pueden medir.

La pueden sentir en algunos momentos, cuando se reconectan con la fuente creadora, cuando la felicidad interior les hace sentir el gozo por la vida y la comprensión del prójimo, reconociéndolo como una parte de ustedes. Son momentos santos, momentos de amor puro.

Para que la luz dorada y radiante no se empequeñezca con cualquier contrariedad tienen que aprender a vivir con la luz expandida, haciendo un gran trabajo personal.

Aprenderán viviendo el presente con aceptación de las circunstancias, sabiendo fluir en ese río de la vida, a veces pura calma y otras fuerza y brío. La luz dorada de amor impregna también cada célula de sus cuerpos ayudándolos a mejorar sus malestares y armonizar su funcionamiento.

Vivan conscientes, vivan en el momento presente, no en el pasado ni en el futuro ya que si viven en el pasado sufrirán dolor y si viven en el futuro sufrirán angustia.

Vemos esa luz dorada latir como sus corazones, algunos expanden su energía con actos de amor incondicional o viviendo cada momento de la vida con ilusión casi infantil.

Otros, su luz se achica porque se encuentran absortos por la mundanidad o por el hastío, el egoísmo, el miedo, la negatividad, la pena, la desilusión…

La luz dorada del amor nunca se apaga, nunca, aunque sea una pequeña chispa, siempre está esperando que la aviven con esos momentos santos, momentos de gozo, libres de pasado y futuro, libres de errores y de culpas.»

En algunas ocasiones intuimos que a nuestro alrededor late la mentira y el engaño. Y requieremos de manera vital que esa mentira salga a la luz, que los engaños se hagan patentes y que la verdad se imponga.…

Siempre es preferible la verdad. Aunque esa verdad sea dolorosa porque la mentira es solo un aplazamiento. El ángel Anael es el ángel de la verdad.

Es el Ángel al que debes recurrir si requieres saber alguna verdad oculta. El no falla. Si se lo solireunións hará todo lo posible para que la verdad que reclamas se ponga ante ti.

Es un ritual muy sencillo.

Una noche de Luna Nueva prende una vela blanca y tres varillas de incienso de mirra y di estas palabras:

“Te invoco a ti Ángel Anael, para solireuniónr tu ayuda. Te pido que las dudas que me acosan desaparezcan y la verdad se haga presente. Que nada de lo que necesito saber se me oculte, aunque me sea dolorosa prefiero la verdad desnuda. Gracias anticipadas, mi Ángel, por que tú, que eres una gran verdad, me concederás lo que de ti solicito.”

A partir de ese momento, el Ángel pondrá su aliento sobre la conciencia de quien sea pertinente y colocara los peldaños,  los pasos que debes seguir para averiguar lo que requieres saber.

Vendrán a ti datos, pistas, señales que te harán ver la verdad que has solireunióndo.

Si requieres saber una verdad pídeselo al Ángel Anael, pero piensa si estas preparado para lo que el ángel ha de hacerte saber. A veces la verdad es muy dolorosa.