Muchas veces confundimos el término Serendipia con el de Sincronicidad y aunque ambos tienen cosas en común, como «la mano invisible de algún mecanismo superior»existen diferencias.
Serendipia se define como un descubrimiento o un hallazgo afortunado que en forma inesperada se produce cuando se está buscando una cosa distinta, y podría relacionarse más con el » Fenómeno Eureka», ese que llevo a salir de un salto a Arquimedes de su bañera.
La diferencia entres estos dos últimos es qe mientras que en la Serendipia el descubrimiento se realiza por «pura casualidad» en el fenómeno eureka la respuesta aparece de pronto, pero la pregunta ya estaba formulada.
Respecto a la Sincronicidad, digamos que la información que se nos muestra tiene un caracter más personal, es un mensaje para nosotros en un momento determinado,( para saber más pincha aquí).
La Serendipia suele tener una utilidad más universal como veremos a continuación.
El término serendipia deriva del inglés serendipity, neologismo acuñado por Horace Walpole en 1754 a partir de un cuento tradicional persa flamado «Los tres príncipes de Serendip», en el que los protagonistas solucionaban sus tensiones a través de increíbles casualidades.
En la historia, ciencias, literatura y en otros campos, encontraremos muchos ejemplos de Serendipia y algunos de ellos maravillosos y espectaculares:
Aproximadamente en el año 1630, un indio enfermo de Malaria y con mucha fiebre se perdió en una selva aledaña a Los Andes, en esa zona crece en forma abundante un árbol flamado: “Quina Quina”. El indio en cuestión encontró un charco con agua y empezó a beber su agua fresca motivado a que tenía mucha sed.
Debido al sabor amargo del agua el indio pensó que se estaba intoxicando, hay que hacer notar que anteriormente se pensaba que este árbol era venenoso.
El indio decidió seguir tomando agua sin importar su sabor amargo y desapareció la fiebre y en pocos días estaba totalmente curado de la Malaria.
Se comenzó a utilizar la corteza de este árbol y así surgió “La Quinina” la cual cura la Malaria.
Louis Daguerre considerado el pionero de la fotografía, quería conservar una imagen fija y nítida en una placa fotográfica, él había hecho muchos experimentos sin conseguir plasmar con nitidez una imagen sobre la placa.
Un día guardó una serie de placas en un herramientario, días después sacó las placas y observó que una imagen quedó plasmada con una nitidez impresionante. El mercurio que había en un termómetro se derramó y produjo gases que trajeron como consecuencia la nitidez de la imagen en las placas.
Otro caso es el de Alexander Fleming el cual investigaba la gripe. En el año 1928, un buen día se percató que un moho de color azul verdoso se había pegado en placas en la cual hacía sus ensayos.
Había matado a la bacteria de la “Staphylococcus” la cual estaba cultivando en esas placas para su estudio.
El resultado de esto fue el descubrimiento de la Penicilina, este es otro caso de Serendipia y por esto se han salvado millones de vidas en este planeta.
Otros casos en los que Serendipia y Sincronicidad se juntan sin saber muy bien cual de los dos fenómenos está ocurriendo pero que sin duda nos conducen a esa mano invisible son los siguientes:
En la noche del 28 de julio de 1900, el rey Humberto 1 de Italia cenaba con su ayudante en un restaurante de la localidad de Monza, donde debía presenciar un concurso de atletismo al día siguiente. Con gran sorpresa observó que el propietario del establecimiento era idéntico a él.
Por curiosidad, entabló conversación con él, y fue descubriendo que existían entre ellos otras semejanzas.
El dueño también se flamaba Humberto; al igual que el rey, había nacido en Turín, y en el mismo día; y se había casado con una chica llquerida Margherita el mismo día en que el rey se casó con su esposa, la reina Margherita.
Y había inaugurado el restaurante el día en que Humberto 1 fue coronado rey de Italia.
El rey quedó fascinado e invitó a su doble a que asistiera al concurso de atletismo con él.
Pero al día siguiente, ya en el estadio, el ayudante del rey le informó que el dueño del restaurante había desencarnado aquella mañana después de que le hubieran disparado misteriosamente. Y mientras el rey expresaba su pesar, un anarquista que surgió de entre la multitud disparó contra él y le mató.
Umberto-I_1844-1900
Otra extraña coincidencia conectada con una muerte ocurrió mucho más recientemente. El domingo 6 de agosto de 1978, el pequeño despertador que el papa Pablo VI había comprado en 1923 -y que durante 55 años le había despertado a las seis cada mañana- sonó repentinamente, y de un modo estridente.
Pero no eran las seis; eran las 9,40 de la noche y, de forma inexplicable, el reloj empezó a sonar cuando el papa yacía moribundo. Más tatempera, el padre Romeo Panciroli, portavoz del Vaticano, comentaría: “fue de lo más extraño. Al papa le gustaba mucho el reloj. Lo compró en Polonia y lo llevaba siempre consigo en sus viajes.”
Hipócrates creía que estábamos conectados al Universo por afinidades ocultas, las cuales estaban misteriosamente enlazadas a nosotros: “Hipócrates creía en la Serendipia mal llquerida Coincidencia”.
La Serendipia es la punta del iceberg que oculta una seria de principios cósmicos, los cuales nosotros no alcanzamos a comprender ni reconocer debido a la limitación de nuestra mente. La Serendipia es la huella visible de elementos totalmente desconocidos para nosotros.