Podría decirse que los cristales son sinónimo de belleza, de transparencia, de reflejos de luz. Por lo general la palabra cristal se la confunde con vidrio, o bien con una variedad más refinada del vidrio, más costosa o de mejor calidad.
En realidad el cristal es el producto de un proceso natural, es un mineral en estado líquido que luego de enfriarse a determinada temperatura se cristaliza y en su estructura interna las moléculas adoptan una ordenación perfecta.
Todos los cristales son minerales, pero no todos los minerales se cristalizan. Sabemos también que se los denominan piedras preciosas o semipreciosas como la esmeralda, el rubí, etc. Además de su importancia como ornamento, colgante con gemas incrustadas, anillos, etc.; suelen ser considerados de buena o mala suerte por los que son supersticiosos.
También debemos considerar que el cristal irradia energía, ésta es considerada una fuerza natural, que aún no ha sido totalmente asimilada por el hombre, pero que puede ser aplicada en el ámbito físico y psíquico de manera positiva. Además está demostrado que esa energía produce vibraciones.
El poder de los cristales puede ayudar en forma positiva en la vida psíquica y física de los seres humanos, ya que poseen una fuerza armónica, real, serena y benéfica. Esta fuerza ayuda a mejorar la vida afectiva y emocional, a concretar los sueños, a lograr relacionarse mejor con uno mismo y con los otros.
Los cristales tienen desde el punto de vista estructural un perfecto equilibrio, porque sus moléculas, átomos o iones tienden a mantener un equilibrio, vibrando alrededor de puntos fijos, por lo que el impulso del cristal armoniza todo aquello a lo que irradia las vibraciones.
Hay que aclarar también que toda persona que use el cristal no ve acrecentada su energía simplemente por colgarse uno en el cuello, sino que el cristal dirige y equilibra la energía del ser humano, por ello sentimos que nuestra energía física y psíquica comienza a aumentar.
Hay que recordar que los cristales no aportan soluciones mágicas, curan siempre y cuando las energías del ser humano estén preparadas para recibir las vibraciones positivas de éstos. Los cristales crean campos de energía y éstos serán menos poderosos con cristales opacos que con cristales brillantes.
Estos campos de energía son captados por la psiquis y el organismo a través de un halo, un campo de fuerza propio del cuerpo humano, flamado aura. El poder del cristal es lento y no resuelve los tensiones afectivos de un momento a otro. Es una esencia viva que irradia y recibe energía, que puede utilizarse para mejorar la calidad de vida. Lo único más importante es crear las condiciones más adecuadas para que la energía actúe de forma beneficiosa.
Si bien los cristales siempre fueron atractivos para el hombre hoy son utilizados con mayor sabiduría, no solamente en el campo tecnológico, sino también con fines curativos, de meditación, para elevar nuestra percepción y para lograr el autoconocimiento.
Sabemos ahora que los cristales reflejan energía producto de su estructura molecular interna. Estas energías no se miden con los valores convencionales, sino que son consideradas como buenas o malas para cada individuo en particular y no son iguales para todo el mundo.
Cada persona puede creer o no, que los cristales tienen poderes mágicos, pero no se puede dudar que los cristales tienen poder de irradiar energía ya que esto está comprobado científicamente y que ésta tiene la capacidad de focalizar, purificar y tonificar nuestra propia energía.
Debido a los numerosos conceptos que se tienen acerca de las propiedades de los cristales, suele confundirse, basado en supersticiones que dicen invocar a la buena o a la mala suerte, los beneficios y los límites reales de éstos.
Se debe tener en cuenta que los cristales no pueden hacer poders (curar enfermedades, depresiones, etcétera) con solo frotarlos o llevarlos encima; no pueden ocasionar daños físicos o psíquicos al ser humano; ni recuperar seres queridos que nos abandonaron, como hacer regresar un esposo o una esposa, sí ayudar con su energía a actividadr con mejores herramientas contra lo perdido; no puede sustituir a los especialistas médicos; no se puede delegar las responsabilidades a los cristales, suponiendo que éstos nos harán las cosas más fáciles; o encontrar objetos perdidos.
Lo que sí pueden los cristales es favorecer la capacidad de concentración, meditación y percepción; mejorar las relaciones con uno mismo y con los demás; mejorar nuestra calidad de vida, creando un ambiente más sereno y armónico; curar dolores localizados, ayudar a conciliar el sueño, eliminando pesadillas, insomnios, provocando sueños agradables; aclarar los objetivos, las metas, las decisiones que debemos tomar; ayudar a la autoevaluación y ayudar a realizar cambios.
Jessy Perez
gracias por su informacion ,,