Haberlas hailas que dicen los gallegos…. Podemos tener la desventura de que alguien nos haya lanzado un hechizo en nuestra contra, quizá tú estés sintiendote mal ¿estas hechizado? Compruebalo con estos rituales sencillos de realizar.

Rito del Aceite para diagnosticar hechizos:

Para este rito se requieren un barreño, un plato pequeño y una vela.

Se llena el barreño de agua y el plato de aceite. Se enciende la vela, que tiene que ser blanca, con una cerilla de madera y se anula cualquier otra fuente de luz.

A continuación, se moja el dedo índice de la mano izquierda de la supuesta víctima con el aceite del plato y se hacen deslizar de él tres gotas de aceite al agua del barreño.

Se pasa el plato del aceite tres veces por encima de la cabeza de la víctima.

Si las tres gotas de aceite se mantienen enteras en el agua, entonces no hay problema. Si, en caso contrario, forman círculos, entonces se tratará de un hechizo.

Rito del Olivo

Se tiran tres gotas de aceite en el agua que hay dentro de un plato (para tirarlas se procede de la misma forma que en el rito anterior). Se añade una hoja de olivo bendecida y si al hacerlo el aceite deforma su forma inicial en el agua, entonces se tratará de un mal de ojo.

Rito del plomo

El rito del plomo, más que para averiguar si hay hechizo o no, sirve para librar del hechizo al que lo posea.

En presencia del hechizado, se echa plomo fundido en un barreño de agua. El plomo toma formas que son los rasgos del flujo maléfico que molesta a la víctima; estas formas libran unos vapores que expulsan las energías maléficas.

Así sólo queda la materia que es el plomo y por lo tanto el hechizo desaparece.

Rito de la sal

A un recipiente de cobre o de cerámica se tiran veintisiete granos de sal sobre los cuales se echan siete cucharaditas de espiritosas.

Una vez se haya hecho esto, se quema la mezcla con una cerilla de madera.

Si al quemarlo hay algún chisporroteo, habrá que deducir que hay negatividad en el ambiente y cuanto mayor sea ese chisporroteo, mayor será la negatividad existente.

En resumen: la señal de que hay malas energías alrededor es el chisporroteo que según sea mayor o no, indicará que hay más o menos negatividad en el ambiente.

Rito del incienso:

Se coge un poco de incienso y se introduce en un barreño de cobre que no sea muy grande.

Seguidamente, se incinera el incienso y se observa el color del humo que desprende.

Cuanto más oscuro sea el humo, más negatividad habrá en el ambiente, de modo que cuanto más claro sea, menos negatividad habrá en el ambiente.

Fotografía del Aura:

El operador debe hallarse en trance o, al menos, en un estado de conciencia alterado. En esta situación debe observar la fotografía de la víctima y si ve aparecer algún espectro en ella, sobre todo en los cabellos del fotografiado, indicará que existe mal de ojo.

Control del aura vital:

El aura está compuesta por vibraciones más etéreas que nosotros mismos por lo que es lo que capta más rápida y fácilmente las malas energías.

Por esta razón, la visión del aura responde a si hay o no hay negatividad proyectada hacia nosotros.

El vidente ve el aura con facilidad y puede diagnosticar la existencia de un hechizo.

Si el aura toma vibraciones de color negro, rojo o amarronado, será señal de que se está proyectando negatividad hacia la persona que se está examinando.

Fijación ocular:

El examinador debe fijar la mirada en los ojos del supuesto hechizado. Si se ve reflejado en ellos, no habrá problema, pero si por el contrario no es así, será señal de que existe alguna energía que le molesta.

Si las líneas del rostro de la víctima se ven endurecidas, entonces habrá que pensar que esa persona es presa de un mal de ojo.

Rito de los cabellos:

Se queman tres o siete cabellos en una cerilla. Las cenizas que resulten de ellos se frotan con la mano derecha mientras se sostienen con la izquierda. Dependiendo de las figuras que formen, se sabrá si hay o no hay mal de ojo o hechizo.