Originarios de Europa Occidental , los Brownies son una clase de duendes que habitan en los hogares.
Su nombre, que significa «marroncito», proviene del color de los jirones o harapos de ropa que visten.

La palabra inglesa fairies es la más adecuada para denominar a criaturas, porque posee ambos géneros y no puede traducirse en castellano. Estos seres existen en los mitos populares del todo el mundo, en el universo celta poseen una relevancia única; sus historias son innumerables, y la descripción de sus atributos, orígenes y particularidades es detallada y minuciosa.

Físicamente, su imagen corresponde a la de un hombrecillo velludo, de tez oscura y arrugada que muchas veces suele andar desnudo o mal vestido, con ropa muy vieja.

Suelen ser bajos de estatura, variando de 10 cm. o incluso menos, hasta 80 cm. o un poco más. Son duendes agradables y buenos que se encargan de la prosperidad ecónomica de las casas que habitan. Suelen vivir en las cocinas. Están desprovistos de maldad y viven en armonía con los humanos. Hablan poco, o con silbidos, y aunque viven más que las personas, aparentemente mueren, o al menos desaparecen.

No les gusta vivir en soledad y se buscan familias extensas. Si se encariñan de una casa pueden residir allí mucho tiempo e, incluso, quedarse en caso de que el dueño se mude. En cierta manera, el brownie adopta un hogar.
Se dice que sus casas son amplias y hermosas, y no pueden ser vistas por el ojo profano. Se iluminan con luz que proviene de lámparas y fuegos perpetuos que no requieren combustible.

En la Antigüedad, el pueblo respetaba la labor de estos duendes por su carácter bonachón y su sentido de la responsabilidad. Por las noches salían a los campos a cosechar, trillar, segar, y, en general, a hacerse indispensables. Asimismo, dicen que cantaban dulces canciones en los oidos de las vacas mientras las ordeñaban, y de esta manera, conseguían una leche cremosa y espesa.

En Escocia, los brownies ayudan a elaborar la cerveza. Algunos tienen la costumbre de entrar en las casas y poner la vajilla en orden, por ejemplo, o acomodar los objetos que los humanos dejaron desarreglados

No obstante, como paga, el brownie no esperará más que un cuenco de nata o de la mejor leche y una torta untada con miel en el umbral de las puertas o ventanas. Cuando el dueño quería darse cuenta, las ofrendas habían desaparecido.

Un brownie se ofende si le ofrecen más de lo que precisa y entonces se marchará de ese hogar. Si se le ofende, de cualquier otra manera, o no tiene privacidad, también partirá buscando un nuevo hogar.Con él se llevará la buena suerte que suele rodear a estas criaturas. Algunas ocasiones, si estan extremadamente ofendidos, entonces se convierten en una pesadilla, y serán una plaga en la casa durante años.

Son un poco traviesos y les encanta despertar quien está dormido o enredar el pelo de las chicas.
También les gusta el jardín con helecho o plantas en que puede ocultarse

En la actualidad, prevalecen las urbes a la vida en el campo pero los brownies no han desaparecido. Entienden que la economía ahora no proviene de la producción de alimentos sino de la obtención de un salario. Por ello, nos pueden ayudar.

¿Cómo los podemos invocar?

Odian los gritos, las sustos, los golpes y las mentiras. Podemos intentar invocarlos con música tranquila y, en especial, música clásica en la que suene el sonido de una flauta. Si quieres que te acompañen en tu vida, harás sonar música suave en la cocina. Y olvíadate del reloj. Los duendes no tiene prisa! El mejor momento para comunicarte con ellos es durante el día, cuando el sol esté en lo alto del horizonte. Este ritual, sin duda, lo debes llevar a cabo en la cocina.

Para contactar con tus brownies, debes preparar un tarta con miel en lugar de azúcar y agregar nueces o almendras. Una vez cocida, la sacas del horno y dejas que se enfríe un poco. Cortas una porción generosa, la colocas en un plato de barro cocido o loza, preferiblemente de color blanco. Añades leche en una taza (no desnatada!); una maceta con una planta bonita (debe ser una planta sin espinas) y pones una servilleta como mantel.

Como no se llevan bien con el fuego, no uses inciensos ni velas. Una vez que tengas todo preparado, cerrarás los ojos y dirás:

«Yo (nombre y apellidos completos) invoco a la familia de brownies que vive en la cocina de mi casa y les doy la bienvenida a mi hogar.
Prometo que siempre compartiré la comida que prepare y, a cambio, les pido que bendigan mi casa y a mí mism@.
Qué siempre sobre el dinero y la abundancia en nuestra familia. Invoco su gracia para todas las personas que aqui viven. Y os agradezco lo que ya estáis haciendo por mí».

A partir de esta invocación, cada vez que cocines, separarás una pequeña porción (es un simbolo) de lo cocinado y lo dejarás sobre la servilleta que hace de mantel para los duendes, fuera de casa, en el lado exterior de la ventana. Les encanta lo dulce con miel, crema, frutos secos pero no puedes ofrecerles carne ni salsas porque no lo aceptarán.

A la mañana siguiente, cogerás esa pequeña porción, la envolverás en un papel blanco y la echarás a la basura.

Si durante unos días no has podido cocinar, un montoncito de azúcar o alguna galleta les hará felices. Recuerda que es muy importate dejarles algo nuevo todos los días. Renueva la servilleta porque son escrupulosos con la limpieza y cuida de la planta que les has regalado.

Si en tu casa reina la prosperidad significa que los brownies están llevando a cabo sus tareas y una buena idea es hacerles un regalo. Un collar, una pulsera, piedras de colores, canicas, etc. serán muy apreciados por estos seres mágicos. Puedes dejarlos junto a la maceta, en su servilleta o cerca de la ventana.

Te ganarás su favor y trabajarán para que a tu hogar no le falta de nada y tu brownies se sentirán felices.

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