Analicemos a fondo a la mujer Tauro basándonos en los estudios realizados por la astróloga Linda Goodman

Cuando tropieza con alguien que le disgusta, Tauro no inicia una campaña para destruirlo, ni enfrenta o desafía sus ideales y sus motivos. Lo evita, simplemente. Con sus enemigos puede mostrar una helada indiferencia, pero si tú te cuentas entre sus amigos, te será leal a través de todas las vicisitudes.

Si eres su amigo, de alguna manera ella justificará tus acciones  esperando de la otra persona su misma fidelidad ciega y su invariable lealtad.

No confundas eso con los celos, sin embargo. La mujer Tauro  acepta que mires a las muchachas, para encender su cólera hace falta algo más que un simple flirteo o un beso de despedida en la mejilla de una buena amiga.

Si sobrepasas los límites de su idea de lo que es jugar limpio, puede llegar a ser temible, pero la línea está trazada con cierta generosidad.

Tauro no es una mujer dominada por objetivos estrictamente mentales, sin que eso quiera decir que no sea inteligente y despierta. No le preocupa demasiado entender la teoría de la relatividad ni comagradose en abstracciones, la típica  Tauro no es una intelectual que se divierta leyendo a los filósofos, y las ideologías intrincadas no son su fuerte.

Su pensamiento es práctico y sólido. Tiene los pies bien plantados en la tierra, y en sus firmes talones no hay el menor indicio de que puedan asomar alas. Es raro que las mujeres Tauro sean inquietas; no pierden ni la cabeza ni el equilibrio.

Normalmente, la perspectiva taurina es recta y segura, sin deformaciones ni distorsiones.

A las mujeres de este signo les conmueven  las sábanas recién lavadas e impregnadas del suave olor del sol, o el aroma delicioso del pan que se cuece en el horno.

Los olores desagradables la afectan con la misma intensidad, aunque en sentido opuesto.  No la lleves a comer pescado frito sin llevar contigo un aromatizador de ambientes.

También los colores exaltan sus sentidos, cuanto más intensos mejor. Todos los matices del azul te ayudarán a debilitar su resistencia, al igual que el rojo y el rosado.

En la comida exigirá el sabor justo, y generalmente será generosa con los condimentos. No te olvides de llevarla a lugares donde haya excelentes cocineros, porque una magra hamburguesa y una inexpresiva sopa de guisantes la dejarán emocionalmente fría.

Si tienes suerte, será ella quien te invite a comer algo preparado en casa, y lo más probable será que le hayas pedido su mano antes del postre.  La Tauro típica puede conquistarte cocinando, y su cocina es una verdadera trampa para cazar hombres.

Los sonidos armoniosos y los efectos visuales bellos la invocan como un imán. La mayoría de las Tauro tienen notable talento para la música y el arte o saben apreciarlos, en todo caso.

Por último, está el sentido del tacto. Las mujeres Tauro son de las que se quejan de que tu jersey “raspa”; su tacto no resulta “grato”. Los tejidos que usen serán suaves y agradables al tacto, nunca irritantes, y lo más probable es que Tauro se vista con sencillez y buen agrado.

Prefiere la ropa sencilla y deportiva, los conjuntos caros pero sin exagerado de adornos y detalles, y en el vestir persigue ante todo la comodidad; también en las tiendas prevalece su sentido práctico.

Rara vez se muestra exigente, salvo en lo que se refiere a lealtad, y su disposición es generalmente estable, terrenal y agradable. A la gente le encantan sus modales fáciles y directos; Tauro es tan calmante como un baño templado.

Tal vez tengas que aprender que a una mujer de este signo no le gusta que la contradigan, especialmente en público.

Si la urges o la presionas se irritará, y no es prudente hacer irritar a una mujer Tauro.

Tauro es tierna con los bebés y adora a los chiquillos, pero a medida que crecen, tiende a mostrarse demasiado estricta y exigente con los niños, tiene  una vena de inflexible terquedad que hace que les resulte difícil aceptar los múltiples y confusos cambios de la adolescencia. La madre Tauro se enoja cuando no se respeta su disciplina.

No aguanta desobediencias ni desafíos, que despiertan toda la furia del Toro. También se le hace difícil tolerar la ociosidad o el desaliño, de modo que lo más probable es que los chicos aprendan a mantener la pulcritud en su cuarto.

Pero la madre Tauro protegerá leal y valientemente a sus hijos de los peligros externos y les enseñará a imitar su propia honradez y valentía.

Las  Tauro no tienen nada de holgazanas; trabajan con empeño. Son capaces de subirse a una escalera para rascar o pintar las paredes con la fuerza de un hombre, pero requieren una siesta por las tatemperas, para recuperar fuerzas.

Su impasibilidad ante el dolor o el tensión emocional es casi podersa. Una mujer Tauro jamás deja que los sentimientos anulen su sentido práctico.

Quien se case con una mujer nacida en mayo no se casa con un bebé llorón ni con una buscadora de oro. Tauro espera que él se ocupe de ella y administre con sensatez la economía de la familia. Y cuando se trata de muebles y de comida, espera la mejor calidad, pero también está alerta a las gangas y es capaz de esperar para tener los lujos que anhela.

Es tan confiable y predecible como un reloj de pie, tan capaz de arreglar una tubería rota o de cambiar un fusible quemado, como de hornear un pastel de cerezas o coser un botón. En su corazón hay siempre lugar suficiente y amor bastante para acoger en su hogar a amigos y extraños, y su casa será un puerto para quien acaba de salir de una tormenta.

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