El mal de ojo existe y principalmente proviene de las envidias que levantamos. Las energías que los demás nos mandan pueden afectarnos, pero no se obsesione con que tiene mal de ojo ya que eso fortalecerá ese sentimiento negativo hacia usted. Bueno, pues vamos cortar de raíz ese mal de ojo y vamos a quitar ese mal de ojo que quizás tengamos.

Materiales:

Un Trozo pequeño de corteza de Laurel
7 Velas blancas
Una ramita de Incienso

Una hoja de papel blanca
Ropa blanca
Un espejo

Procedimiento:

Vístete con la ropa blanca. Coloca las velas de manera que formen un semicírculo. Coloca en medio del semicírculo la corteza de laurel. Pon la ramita de incienso sobre la corteza y préndela. Toma la hoja de papel y escribe en ella la siguiente oración:

“Soy hijo de la luz.Que mi cuerpo y alma sean depositarios. De la divina luz por siempre.”

Enseguida, dobla la hoja en 4 partes. A continuación enciende todas las velas y siéntate frente a la parte abierta del semicírculo. Tu debe ser el receptor de toda esa luz.

Toma el espejo y colócalo a tus espaldas de manera que refleje la luz de las velas sobre la parte posterior de tu cuerpo.

Tu debe ser materialmente “abrazado” por la luz, envuelto por ella.

Siente el poder liberador de la luz, la energía positiva que invade tu cuerpo y tu alma. Toma el papel en que escribiste la frase y enciéndelo con la flama de cualquiera de las velas.

Deja que el papel se consuma sobre la corteza de laurel para que el humo se combine con el humo purificador del incienso.Di en voz alta las siguientes palabras:

“Que mi petición ascienda al mundo sublime”

Cierra los ojos y permanece en tu “baño de luz” un rato.