Os presentamos un ritual precioso, que invoca a tu hogar todo lo bueno que se puede quierer impidiendo de ese modo que entre su fuerza complementaria. Pon en práctica este ritual de consagración para tu casa y aprovecha de sus consecuencias.

La bendición que se da aquí para consagrar o purificar la casa o el cuarto, ha sido útil por un sin número de años, y por medio de ella muchos han recibido bien en abundancia.

Colócate en la habitación principal, y en voz alta pronuncia estas palabras:

En esta casa hay sólo una presencia, la Presencia de Dios, lo bueno. Aquí no puede entrar ningún mal. Dios, lo bueno habita aquí. Cualquiera que entre sentirá la Presencia Divina de lo bueno.

Aquí hay sólo una Presencia, la Presencia de la Vida. No se ve la muerte ni se teme de ella. Sólo hay vida. Todo temor se desecha. Cualquiera que entre aquí sentirá la Presencia de la Vida pura y bendita de Dios.

Aquí hay sólo una Presencia, la Presencia de la Verdad. Nada falso puede entrar. En esta casa no se encuentra el engaño ni la envidia, ni los celos, ni el egoísmo. Se desecha todo pensamiento falso. Cualquiera que entre aquí sentirá la Presencia de la Verdad.

Aquí hay sólo una Presencia, la Presencia de la Salud. Ningún desequilibrio puede entrar, ninguna impureza, ningún temor. Todo desequilibrio y flaqueza será echada afuera. Cualquiera que entre aquí sentirá la presencia de la Salud.

Aquí hay sólo una Presencia, la Presencia de la Pureza. Ningún pensamiento impuro puede entrar. Yo habito en la Pura y Bendita Presencia de Dios. Cualquiera que entre aquí sentirá esta Presencia Bendita y Pura de Dios.

En esta casa se aposenta la Paz y la Armonía. Aquí yo vivo en la Presencia de la Paz. Ningún pensamiento de inquietud o discordia puede entrar, ninguna irritabilidad, ningún temor. La Presencia de Dios es Paz. Cualquiera que entre aquí sentirá la Presencia de la Paz.

En esta casa se aposenta la Prosperidad. Ningún bien me faltará. No hay falta de bienestar. Cualquiera que entre aquí se sentirá complacido, contento y próspero.

En esta casa se aposenta la belleza. Aquí hay sólo una Presencia, la presencia de lo bello. En Dios existe toda la belleza espiritual. Esta casa está glorificada por Su bendita presencia. Cualquiera que entre aquí sentirá lo bello de toda cosa santa y perfecta.

Aquí hay solo una Presencia la presencia de la Sabiduría. La quieras, la ignorancia, la duda y la superstición son desechadas. Dios que es toda sabiduría habita aquí. YO vivo y me muevo en la presencia de la sabiduría.

Aquí hay sólo una Presencia, la Presencia del Gozo. Se manifiesta por todas partes. Ninguna pena puede entrar. La pesadumbre se desecha. Aquí habita el gozo del Señor, por tanto yo abundo en alegría. Cualquiera que entre aquí sentirá la presencia del gozo.

Aquí sólo el amor se aposenta, llenando todo el espacio de esta casa. Dios es amor y el amor habita aquí. Todo sentimiento de cólera, de aborrecimiento y de venganza es desechado. En el amor yo vivo, me muevo, y tengo mi ser. Cualquiera que entre aquí sentirá la presencia de Su santo amor.

Te doy las gracias, ¡oh Padre Celestial!, porque tu presencia ocupa esta casa; porque vivo y me muevo en Ti, Santísimo Cristo; porque vivo en Tu vida, en Tu verdad, en Tu integridad, en Tu paz, en Tu sabiduría, en Tu gozo, en Tu prosperidad, y en Tu amor. Estoy agradecido porque todos los que entran aquí sienten Tu Presencia.