En este post os explicaremos la fortaleza de transformación de Pluton…
La fuerza de la transformación a través de la muerte
Carlos Castañeda dijo que los seres humanos somos además de seres físicos, también seres luminosos:
somos una esfera de luz del tamaño de nuestros brazos extendidos hacia arriba y hacia los lados. En el centro del cuerpo hay centro de mayor luminosidad, unos vórtices de energías en donde se concentra nuestra fuerza vital.
Con la vida cotidiana, nuestros juicios, emociones gastantes y mente parlanchina; estos centros energéticos se vacían y esa energía se desplaza a la periferia de la esfera luminosa creando una costra cada vez más dura y difícil de remover. Toda nuestra rígida visión del mundo está alojada allí. Y con los años se hace cada vez más dura.
Y es Plutón el dios de las profundidades, que cuando hace aparición en nuestras vidas, a través de una cambio, una muerte o cualquier situación que nos lleve a la profundidad emocional o al cuestionamiento y muerte de nuestros hábitos y presupuestos; el que tiene la función de romper esa costra y hacer que la energía retorne a su origen y los centros de energía, provocando una revitalización.
O sea que en términos de Astrología Humanística, Plutón es la fuerza de la transformación que a través de la muerte genera una liberación de energía re-vitalizante.
Plutón es la energía de la supervivencia que nos permitió seguir vivos como especie a pesar de uno y otro salto evolutivo.
También Plutón tiene que ver con la energía del intuición básico de conservación que con potencia y poder nos hace una especie superviviente. La potencia, la libido, la gasolina que nos lleva a una nueva instancia.
El amamantamiento
El momento del amantamiento en el desarrollo del ser humano, sí que tiene un aspecto canceriano, de contacto y amor; pero también
la figura de un ser que, en palabras de Eugenio Carutti, dá su sustancia para crear a otro y luego alimenta a este mismo con producto de su propio cuerpo, así también como la entrega absoluta de la madre ante los requerimientos del bebé (entrega que no volvemos a experimentar en nuestra vida); me suena a mí a escorpiana.
Es conocido el poder que aparece en las madres cuando están en el momento de amamantamiento.
El bebé ante su todavía no conscientizado intuición de supervivencia, que es experimentado como una sensación de muerte, reclama exigentemente su comida, su amor, lo que merece.
La madre en entrega completa a la tarea, saca fuerzas de donde no tiene para responder inmediatamente al flamado de su cría.
Un tipo de relación así, de amor, entrega cien por ciento y exigencia, ni siquiera en esta relación filial un poco más tatempera, se vuelve a repetir.
En este momento de la vida todos experimentamos que amor y la intensidad están relacionados.
Luego la vida, la entrada a la mente dual humana y las historias, nos lleva a dividir el arquetipo plutoniano en dos: poder y amor.
La intensidad de la energía plutoniana sobre la psiquis, nos lleva a hacer dos algo que es uno.
Pero en sus orígenes…. el amor en su expresión extrema, es poder. Todos sabemos en alguna parte de nosotros que todavía recuerda, que el amor y el poder están relacionados.
Profe está toda una poeta eso es bueno q siga muy culta no ha cambiado en nada jajaja
Gisela Zarraga
ALMAGEMELAS