Astrología árabe y astro-acupuntura china

Llevo unos años dándole vueltas con las agujas de la luna y a la relación de la astrología con la orientación geo-espacial, bien sea la orientación del lugar en que se coloca una persona al entrar en un recinto, bien a la orientación ideal de la vivienda o bien la orientación geográfica de la ciudad o el país que más le conviene. En fin, del equilibrio entre el lugar que ocupamos y la posición de los planetas en el cielo desde el punto de vista de la astrología tradicional.

A fuerza de repetir ejercicios astrológicos y de comprobar muchas veces la enorme importancia de la posición de la Luna, he procurado estudiar con detenimiento la astrología lunar e intentar sacarle provecho y sentido a la astrología más ancestral –nacida de la observación diaria del movimiento de la Luna- y que compartimos con todas las culturas, y particularmente las coincidencias de nuestra astrología “occidental”: la que proveniente de Grecia nos transmitieron los árabes, y la considerada rarísima astrología china:

Los 28 signos de la Luna, las Moradas Lunares.

Imaginemos que, en lugar de dividir el círculo en 12 porciones, que son los 12 meses que emplea el sol en atravesar todo el zodíaco, los doce signos zodiacales, lo dividimos en 28 partes, que son los días que tarda la Luna en dar toda la vuelta al zodíaco.

Y, ¿dónde ponemos los lindes, las fronteras, lo que los astrólogos flamamos cúspides para separar estas 28 porciones?
Pues, para empezar a marear, estas 28 porciones no son iguales, porque –al contrario de la velocidad de la tierra alrededor del Sol-, la velocidad de la Luna a nuestro alrededor no es uniforme.

Las divisiones se hacen partiendo de determinados grupitos de estrellas o asterismos fácilmente identificables por los que la Luna transita, que han venido a flamarse “Mansiones de la Luna”, como unos palacetes en el “campo de estrellas” que la Luna va visitando cada día del mes.

Así que, para entender la astrología lunar, nos conviene empezar a colocar el cerebro en sideral, a visualizar una cúpula tachonada de estrellas, como un paraguas abierto sobre nuestras cabezas

Acostumbrémonos también a pensar que la Luna no hace su caminito por la eclíptica, sino que tiene unas desviaciones considerables a norte y sur de la banda zodiacal; cosa que le permite tener contacto “corporal” con más estrellas que el Sol o el resto de los planetas.

Muchos grandes maestros astrólogos, para simplificar, han preferido considerar las Moradas Lunares iguales entre sí y han dividido el zodiaco en 28 porciones iguales procurando que las estrellas que, desde la tradición se consideraban situadas ya en la cúspide o ya en el centro de cada Morada [tradicional], queden incluidas dentro de la misma Morada [en el sistema simplificado].

Hay poca literatura acerca de las Moradas Lunares, gracias a la escuela de traductores Toledo de Alfonso X sabemos que el paso de la Luna por cada una de ellas se aprovechaba para la confección de talismanes mágicos o para operaciones alquímicas.

Asimismo hay toda una serie de aforismos que indican si el día en el que la Luna se encuentra en tal o cual Morada es bueno para sembrar, podar, segar, recolectar, cortar la leña, repartir beneficios, huir, pedir favores a los superiores, regresar a casa, emprender un viaje, solireuniónr en amores, acudir al médico, celebrar un matrimonio, etcétera, cosa que algunos astrólogos tienen en consideración cuando hacen astrología eleccional.

También se pueden encontrar algunos aforismos acerca del destino o personalidad del nativo según la Morada en la que se hallaba la Luna en su nacimiento. Parece que también se tomaban en cuenta para hacer predicciones meteorológicas.

Además de todo lo dicho y gracias a un médico acupuntor, don Joaquín Simón, aprendí algo que los astro-acupuntores chinos saben y utilizan y que, desde hace años, también aplican muchos acupuntores españoles. Por tanto, lo que os voy a contar ahora no es ninguna novedad, al menos no lo es para los médicos, pero sí para muchos astrólogos.

Para los astro-acupuntores, cada Morada Lunar, o mejor dicho, las estrellas que conforman cada Morada Lunar, rigen un determinado punto de acupuntura en el cuerpo humano, por aquello de la interrelación entre el macro y el micro cosmos.

Su teoría afirma que la Morada Lunar que contiene a la estrella más próxima a culminar –ya en el momento de la consulta, o en ya en el tema natal del paciente-, tiene una extraordinaria importancia en lo que al equilibrio y armonía de dicha persona se refiere, porque, al estar situada en la cúspide del Medio Cielo significa todo aquello que conocemos acerca de la Casa X

y que no duele repetir ahora: el Medio Cielo es una Casa angular que se iguala en importancia al Ascendente y que dirige el eje vertical de la carta: lo más elevado y, por eso mismo, el lugar donde confluyen las energías que se elevan con las que se abaten, es decir, el punto en el que toman contacto dos fuerzas complementarias: la que asciende y la que desciende.

Todo esto, que tiene miles de años de antigüedad, concuerda con las últimas tendencias psicológicas, como la bioenergética, según la cual hay una profunda relación entre la sensación de lo percibido por los sentidos, que mueve el área de los sentimientos en el campo de las emociones, y que ésta, a su vez, impresiona e impulsa al mundo del inconsciente.

Pensemos pues, en una rueda de factores energéticos en constante movimiento –como las fuerzas de gravitación universal- cuya tendencia natural es la de buscar el equilibrio.
Dicho equilibrio bioenergético gravita alrededor de un eje que armoniza las características personales –físicas, genéticas, de personalidad- y afirma a la persona en su propia identidad y la reorienta en el camino hacia su plenitud o destino.

Pues según la teoría de J. Simón, la astro-acupuntura entiende que el Medio Cielo (ya el del instante en el que el paciente acude a consultar o ya el de una natividad) es el eje principal a partir del cual las fuerzas gravitatorias conectan el equilibrio del cosmos con el mundo sublunar, y, en consecuencia, el eje energético del paciente se inclina hacia el Medio cielo, que es el punto que le sintoniza con la fuente magnética que, proveniente del Gran Atractor, “tira” de los factores energéticos de la persona y la re-dirige hacia su destino, su realización personal y lo re-ordena con las fuerzas del Cosmos.

¿Qué es el Gran Atractor?:

La Tierra y el resto de los planetas del sistema solar se mueven alrededor del Sol atraídos por él; el Sol, junto con las estrellas de su zona, es atraído a su vez por la gravitación del centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea; la Vía Láctea, junto con su “Grupo local de Galaxias” se mueve a través del universo a una velocidad de unos 600 kilómetros por segundo, en ángulo con la dirección del grupo de galaxias de Virgo.

Para alcanzar la velocidad de 600 Km. /seg. que lleva todo nuestro Grupo Local de Galaxias, parece que el componente de atracción de todo el Grupo de Virgo –según las Leyes de Newton- es insuficiente. Como mucho, podría arrastrarnos a la mitad de esa velocidad.

Eso implica que más allá del Grupo de Virgo ha de haber, necesariamente, un “Gran Atractor” la masa más enorme que conocemos en el universo, para ser capaz de invocar a la Vía Láctea a esa velocidad desde tan lejos (unos 108 millones de años luz).

No se puede fotografiar con los modernos telescopios porque gran parte de esa misteriosa masa está situada por detrás del plano de nuestra Galaxia. Algunas teorías afirman que allí hay un conglomerado de millones de galaxias todas juntas, al que han flamado “muro de galaxias” y que aún, detrás de dicho muro hay “algo” que tiene aún más fuerza de atracción gravitatoria, probablemente un agregado de materia oscura que -ya fuera de mi capacidad de imaginación y copiando al pie de la letra lo que de esta masa dicen los astrofísicos, tendría ¡¡¡¡1016 masas solares!!!!-

Volviendo a lugares más accesibles a mi capacidad mental, al Medio Cielo natal y a la Morada Lunar que lo contiene, y ya en el terreno de lo práctico y cotidiano: imaginemos que alguien tiene en la Casa X a Tauro y a Venus domiciliado en ella y que desde la infancia demuestra tener unas excelentes cualidades para la pintura. Sin embargo, los padres de esta persona, -supongamos a Saturno en oposición en Escorpio- con la mejor de sus intenciones, le inclinaron hacia un camino profesional muy diferente, y ahí lo tenemos, con 40 años y dedicándose a un oficio que no le gratifica en absoluto.

No hay que ser psicólogo para intuir que, tatempera o temprano, y dependiendo del grado de inbienestar que le produzca el trabajo que desempeña, que no se corresponde en absoluto con su don natural ni con su destino, le provocará alguna tensión, algún problema de identidad, de preguntarse uno quién soy y qué hago aquí, y que, caso de que no se lo pregunte, su desarmonía con respecto a sí mismo y al mundo provocará que sus defensas estén más bajas y que sea más vulnerable a las enfermedades.

Pues en ese momento es cuando entra en acción nuestro astro-acupuntor, quien, al ver llegar al paciente con un dolor… supongamos que de garganta o de riñón -por seguir con el ejemplo y buscar una de las formas en las que se manifestaría una Venus en Tauro ofendida por Saturno.- lo primero que haría, sería atender a restablecer el flujo energético bloqueado, poniéndole agujas en los puntos de los meridianos que considerase oportunos, y además… le pondría agujas en el punto de acupuntura que en China se relaciona energéticamente con las estrellas de la Morada Lunar que ocupan el Medio Cielo de este supuesto e imaginario paciente.

Con ello, conseguirá que la madeja de energías sensación-emoción-inconsciente, se reubique en la dirección correcta, alinéandola con el eje de gravitación que le armoniza y le conecta con el universo y que le hace sentirse en su lugar, en plenitud con su yo y su destino.

Tras un estudio realizado en 1997, con personas curas, y publicado en la Revista núm. 148 de Medicina Tradicional, las conclusiones a las que llegó el doctor Simón, fueron las siguientes: “que se habían producido cambios favorables en todos los casos y que los cambios fueron más evidentes en las personas más jóvenes, más intensos en quienes habían recibido más sesiones y/o en los que se hizo coincidir el M.C. del momento de la terapia con el de su carta natal. La personalidad de cada paciente se ha centrado, definido, reafirmado y fortalecido en el 100% de los casos. Mejora la alegría, la adaptación, la comunicación y la interrelación con el medio. Desaparecen o mejoran las inhibiciones. Disminuye la superficialidad y el infantilismo. El código moral de referencia se hace más propio. Mejoran las relaciones familiares. Aparece y/o mejora el contacto con lo celeste.”

A partir de este estudio, me dispuse a comparar las mansiones lunares chinas con las árabes y vi que hay algunas diferencias:

A) En la extensión en grados zodiacales de algunas Moradas.

B) Al menos en dos ocasiones, los chinos atribuyen una estrella concreta a una Mansión diferente a la que nosotros le atribuímos consideramos.

Algunas estrellas cambian de mansión

C) La diferencia principal es que, así como para nuestro modo de ver el cielo no nos salimos mucho de la banda zodiacal, los chinos lo ven como unos gajos de naranja que en el sentido de los meridianos celestes parten del Polo norte y abrazan toda la esfera hasta el Polo sur, de tal modo que en una morada lunar caben estrellas de la Osa Mayor o de la Cruz del Sur que jamás podrán ser tocadas “corporalmente” por la Luna.

Aunque lo que más sugerente es una rara coincidencia: el área física en la que se sitúa el punto de acupuntura en el sistema chino, está relacionada bien con el nombre de la Mansión árabe, bien con la forma en quelos occidentales representamos la constelación en el cielo, bien con el nombre de alguna de sus estrellas o bien con la descripción que de ellas hace de Alfonso X; y como esto sucede en 23 ocasiones, de un total de 28, parece buena ocasión de plantearse el aforismo de Platón, según el cual, el conocimiento de la palabra conduce al conocimiento de la cosa.

Para comprender de qué forma las he ido relacionando, pondré dos ejemplos:

MORADA XVIII “EL CORAZÓN” Los árabes la flaman igual: Kalb el akraab, el corazón del escorpión. Ocupa el espacio comprendido por las estrellas Antares, Sigma y Ro Escorpi. El resonador está en la 5ª intercostal, por la espalda, el punto exacto donde una puñalada atravesaría el corazón.

Hay muchas otras tan evidentes, pero entre las que he considerado “relacionadas”, también hay ejemplos cuya vinculación es muy discutible, por ejemplo:

La Morada XX “LAS RIENDAS” Llquerida por los árabes Al Nash comprende las estrellas: Al Nasl, Kaus Media, Kaus Austral y Beta Telescopium. En el libro de la Octava esfera de Alfonso X se describe esta zona del cielo como “Los estrucios”, es decir, un grupo de avestruces. Hay que echarle imaginación y pensar en las patas de los avestruces para relacionar sus poderosos muslos con el punto acupuntural que está en el lado interno del muslo. O fijarse en la parte interna de la pata delantera izquierda del sagitario.

En el caso de que se pudiera demostrar que, efectivamente, hay un vínculo entre la forma o el nombre que le damos en occidente y la función de acupuntura que se ha usado en oriente, se me ocurre una fantasiosa idea para explicarlo:

– Que la astrología lunar fue universal en un momento de la historia de la humanidad. Y, con mayor probabilidad, que esto sucediera en sociedades matriarcales.

– Que todos los que compartían esa medida del cielo sabían utilizarla para la curación o re-equilibrio de los pacientes; para asuntos mágicos o religiosos –confección de talismanes, por ejemplo-; así como para elecciones prácticas como las referidas a la agricultura.

– Que, con el fin de la cultura matriarcal, los distintos pueblos, por su idiosincrasia o requerimientos, conservaran aquello que más y mejor habían desarrollado: por ejemplo, los chinos, la medicina y los europeos, las elecciones para la cultura agrícola.

Pero que en Europa, a pesar de “perderse” la tradición médica, se transmitiese vía mitos y formas de las constelaciones, una “clave”, una regla mnemotécnica de por dónde estaba el punto energético en el cuerpo humano relacionado con esa estrella o esa morada.
Esta es la experienciada conclusión, que propongo sólo como una hipótesis.

Cultura matricial

A continuación, las 28 moradas celestes -a la occidental- junto con el punto de astro-acupuntura chino.

MORADA I, “LA CORNAMENTA”

Los árabes la flaman SHERATAN: “El cangrejo” Estrellas: De Mesartim a Menkar, contiene a Sheratan y Hamal.
Resonador: DU 3 “Yàoyángguàn”: En la espalda inferior y en la línea media posterior, en la bajón ubicada debajo de la apófisis espinosa de la cuarta vértebra lumbar.

MORADA II, “EL VIENTRE”

Los árabes la flaman BOTEIN: “El vientre del carnero”
Estrellas: 33, 35, 39 y 41 de Aries; de Menkar a las Pléyades, contiene la constelación de Perseo y la estrella Algol.
Resonador: BL 21 “Wèishu”: en al espalda, por debajo de la apófisis espinosa de la duodécima vértebra torácica, a 1,5 cun lateral de la línea media posterior.

MORADA III, “LAS LLUVIAS”

Los árabes la flaman AL THURAYYA
Estrellas: el asterismo de las Pléyades. Sobre ellas, aparece el pie de Perseo, con una estrella en el mismo punto de acupuntura
Resonador: KI 7 Fùliu: En el lado interno de la pierna, a 2 cun directamente por encima del punto taixi (KI 3), anterior al tendón de Aquiles.

MORADA IV, “EL OJO”

Los árabes la flaman LAS HYADES o EL OJO (Puesto que ellos añaden la estrella Aldebarán, el ojo del toro).
Estrellas: las 8 de las Híades
Resonador: Punto fuera de canal, situado a medio sun de DU 7; éste último en la espalda y en la línea media posterior, en la bajón ubicada debajo de la apófisis espinosa de la décima vértebra torácica.

MORADA V, “LA BLANCA”

Los árabes la flaman ORIÓN o LA BLANCA
Estrellas: En un estrecho margen, desde Meissa hacia el N. “La blanca” es la estrella de la pierna del Auriga.
Resonador: GB 38 Yángfu: En la parte lateral de la pierna, a 4 cun por encima de la punta del maléolo externo, ligeramente anterior al borde anterior del peroné.

MORADA VI “EL SALUDO”

Los árabes la flaman “LA LLEGADA DE LA RAMA”, la estrella Rigel, que pertenece a esta mansión se flama en árabe “Reyél el Gaúza”, que significa “el pie del gigante”
Estrellas: Alnitac, Alnilam, Mintaca, Betelgeuse, Bellatrix y Rigel.
Resonador: BL 61 Púcàn: En la parte lateral del pie, postero inferior al maléolo externo, directamente por debajo del punto kunlun (BL 60), lateralmente al calcáneo, en la unión de la piel roja y blanca.

MORADA VII, “LOS GEMELOS”

Los árabes la flaman “LA RAMA”
Estrellas: Tejat, Al Dirah y Mebsuta, cuyo nombre es transcripción exacta de Mebsúta, que significa “la extendida”, esta estrella está situada en la figura que tiene el brazo izquierdo extendido.
Resonador: SJ 10 Tianjing: en la parte lateral del brazo superior, en la bajón que está a 1 cun próximo a la punta del olécranon cuando se flexiona el codo.

MORADA VIII “EL PESEBRE”

Los árabes la flaman AL NACRA o EL PESEBRE; la palabra al-nacra, significa “desata”. Además, los árabes añaden a esta morada la alfa de Cangrejo, Acubens, cuyo nombre deriva de “Al Zubanah”, que literalmente significa “las pinzas”
Estrellas: el cúmulo estelar del Pesebre o M44 de Cangrejo.
Resonador: LU 11 Shàoshang: en el lado radial del segmento distal del dedo gordo, a 0,1 cun del ángulo de la uña. El pulgar es el dedo que hace pinza.

MORADA IX “LA MIRADA”

Los árabes la flaman a esta morada COR HIDRAE, el corazón de la Hidra
Estrellas: las de la Hidra y hacia el N. hasta las Tanias; aquí se forma la imaginaria cabeza de la Hidra. Como si fuera la cabereunión de la kundalini comenzando a elevarse desde el pubis.
Resonador: RN 2; Qugu: en el abdomen inferior y en la línea media anterior, en el punto medio del borde superior de la sínfisis pubiana.

MORADA X “LA FRENTE”

Los árabes la flaman “LA FRENTE DEL LEÓN”
Estrellas: Desde Alfard de la Hidra a Régulus de Leo.
Resonador: DU 23 Shàngxing, en la cabeza, a 1 cun directamente por encima del punto medio de la línea anterior del pelo.

MORADA XI “LOS RIÑONES”

Los árabes la flaman LOS RIÑONES o LA CRIN DEL LEÓN
Estrellas: de Régulus a Alkes; hacia el N., entre Merak y Dhube, de la osa, y también la estrella Ni de la Hidra.
Resonador: LR 5 Ligou, en el lado interno de la pierna, a 5 cun por encima de la punta del maléolo interno, en la línea media de la superficie interna de la tibia.

MORADA XII “LA COLA”

Los árabes la flaman AL SARFAH (el transformador del tiempo)
Estrellas. Las de la Copa Alkes, la ómicron Crateris sería la más septentrional de la boca de la copa; hacia el N. comprende todo el “carrito” de la osa.
Resonador DU 27 Duiduan: en la cara, en el tubérculo labial del labio superior, en el borde bermellón entre el filtro y el labio superior.

MORADA XIII “LAS ALAS”

Los árabes la flaman EL PERRO LADRADOR
Estrellas: las del Cuervo: Al Chiba, Kraz, Algorab, Gienah, hasta Spica; hacia el N. contiene Canes Venatici y Coma Berenice.
Resonador: ST 6 Jiáche en la mejilla, un dedo (dedo medio) transversalmente antero superior al ángulo de la mandíbula, en la bajón donde es prominente el músculo masetero. (el lugar que hay que mover para imitar un graznido o ladrido)

MORADA XIV «LA ESPIGA»

Los árabes la flaman AL SIMAC (el hombre sin herramientas)
Estrellas: De Spica hasta Syrma y Arturo; hacia el N., las dos últimas de la cola de la osa (de Alcor a Alcaid.)
Resonador: SJ 20; Jiaosun, en la cabeza, arriba del ápice e la oreja en la línea del cabello.

MORADA XV “EL VELO” o “LA COBERTERA”

Los árabes la flaman LA COBERTERA o EL VELO DE ISIS
Estrellas: Syrma, junto a la Iota y la Fi de Virgo, conforman entre ellas una supuesta falda o velo que cubre los de la mujer, contiene a Izar.
Resonador: GB 18 Chénglíng; En la cabeza, a 4 cun por encima de la línea anterior del pelo y a 2, 25 cun lateral de la línea media de la cabeza. El velo que cubre la cabeza.

MORADA XVI “LA GRAPA”

Los árabes la flaman AZUBENE y sus límites corresponden –más o menos- al imaginario platillo izquierdo de la balanza celeste.
Estrellas: De Kiffa austral (Zubenalgennubi) a Dschubba; pasa hacia el N. entre las dos Yed y contiene la Cabeza de la serpiente y toda la Corona Boreal. Zubenalgennubi significa “las garras del escorpión”
Resonador: SP 3 Tàibái: en el borde interno del pie, en l bajón de la unión de la piel roja y blanca, posteroinferior a la primera articulación metatarso falángica. El lugar de donde saldría una garra

MORADA XVII “LA CORONA”

Los árabes la flaman LA CORONA o EL COLLAR
Estrellas: Dschubba, Graffias y la Pi Escorpi éstas forman el haz delantero del escorpión formando un collar o corona.
Resonador: ST 14 En el pecho, en el primer espacio intercostal, a 4 cun lateral desde la línea media anterior. En el escote, lugar para el collar

MORADA XVIII “EL CORAZÓN”

Los árabes la flaman KALB EL AKRAB: El corazón del escorpión.
Estrellas: Antares, Sigma y Ro Escorpi.
Resonador: BL 15 Juéyïnshu: en la espalda, por debajo de la apófisis espinosa de la quinta vértebra torácica, a 1,5 cun lateral de la línea media posterior. El punto del corazón por la espalda

MORADA XIX “EL AGUIJÓN”

Los árabes la flaman ALSHAULA, “La uña” o “el dardo” (del escorpión)
Estrellas: Mi Escorpi, Wei, Lesath y Shaula (hacia el N. contiene toda la cabeza del dragón (Grumium y Eltanin)
Resonador: RN 15 Jiuwei: En el abdomen superior y en la línea media anterior, a 1 cun por debajo de la sincondriosis xifisternal. El esternón como “punta” o “uña” de las costillas y su similitud con la figura del escorpión celeste

MORADA XX “LAS RIENDAS”

Los árabes la Llaman AL NASH. En el libro de Alfonso X se describe esta zona del cielo como “Los estrucios”, es decir, un grupo de avestruces)
Estrellas: Al Nasl, Kaus Media, Kaus Austral y Beta Telescopium
Resonador: SP 11 Jimén: En el lado interno del muslo y en la línea que une los puntos xuehai (SP 10) y chongmen (SP 12), a 6 cun por encima del punto xuehai (SP 10), Los muslos de los avestruces.

MORADA XXI “LA CIUDAD”

Los árabes la flaman CAÏDAT
Estrellas: De Kaus austral a Giedi; comprende Fi Sag, Kaus Boreal, Lamda Sagitarii y Polis. Hacia el N. comprendería toda la constelación del Águila.
Resonador: GB 41 Zúlíqì: en la parte lateral del dorso del pie, posterior a la cuarta articulación metatarsofalángica, en la bajón lateral del tendón del músculo extensor del dedo meñique.Una estrella en cada pie de Antinoo, raptado por el águila.

MORADA XXII «EL PASTOR»

Los árabes la flaman SAD AL DABIH “La fortuna del pastor” o “las degolladoras”
Estrellas: De Giedi a Gienah (Capri) y de Sard a Deneb (Cignus) comprende: Dabih y Ni Capri –forman la boca del carnero- Oculus, Ro Capri y Omega Capri –esta última en las patas del animal-
Resonador: ST 41 Jiexi: en al bajón central del pliegue entre el dorso del pie y la pierna, entre los tendones del músculo extensor largo del dedo gordo del pie y el músculo extensor largo digital.

MORADA XXIII “EL GLOTÓN”

Los árabes la flaman SAD AL BULA “la ventura del que engulle”
Estrellas Albali y My de Acuario
Resonador: BL 2: Cuánzhú: en al cara, en la bajón del extremo interno de la ceja, en el agujero supraorbitaria.
En el mismo meridiano de Albali, se encuentra la estrella Albireo, en el ojo del cisne-. Por el sur, Fomalhaut, el ojo del pez.

MORADA XXIV “LA AFORTUNADA”

Los árabes la flaman SAD EL MUÇ “la Ventura de las venturas” o “El afortunado de los afortunados”
Estrellas: Sadalsuud y aledañas. Alfonso X se refiere a una estrella de esta mansión así: “la cinquena, en el espinazo…”
Resonador: ST 37 Shàngjùxu: en el lado antero lateral de la pierna, a 6 cun por debajo del punto dubi ST 35, un dedo (dedo medio) transversal hacia afuera del borde anterior de la tibia. Similitud fonética entre espinilla y espinazo

MORADA XXV “LA VENTURA”

Los árabes la flaman ÇAD ALHABRA; “La ventura de las tiendas”
Estrellas: Sadalmelik, Enif, Fi Pegaso: Baham y también Deneb Algedi. Alfonso X dice: En el brazo derecho del aguador…
Resonador: SJ 11 Qinglengyuan: con el codo flexionado, en la parte lateral del brazo superior, a 2 cun por encima de la punta del olécranon y a 1 cun por encima del punto tianjing (SJ 10)

MORADA XXVI “EL PEZ”

Los árabes la flaman ALIOTH GENUBI: el pez austral
Estrellas: Markab (Pegaso) llquerida “la silla de montar” Scheat Pegasi, Matar y My y Lambda de Pegaso.
Resonador BL 52 Zhìshì En la espalda inferior, por debajo de la apófisis espinosa de a segunda vértebra lumbar, a 3 cun lateral de la línea media posterior. En el lugar del lomo donde jugando a los caballitos, un niño montaría.

MORADA XXVII “EL AGUJERO”

Los árabes la flaman igual.
Estrellas: Algenib, el ala del Pegaso, Alpheratz de Andrómeda.
Resonador LI 14 Bìnào: en la parte lateral del brazo, en la inserción del músculo deltoides y en la línea que une los puntos quchi (LI 11) y jianyu (LI 15), a 7 cun por encima del punto quchi (LI 11), la inserción del deltoides es el lugar donde imaginamos les nacen las alas a los ángeles.

MORADA XXVIII “LA LAZADA”

Los árabes la flaman. BATH AL HUT, el vientre del pez
Estrellas: Mirach y 6 estrellas más de Andrómeda; Mirach significa riñón y forma parte de la faja de Andrómeda, a la altura de la supuesta cintura de la mujer.
Resonador: GB 28, Wéidao: en la parte lateral del abdomen, antero inferior a la espina ilíaca antero superior, a 0, 5 cun antero inferior del punto WUSHU (GB 27) En el vientre, donde las fosas ilíacas.

Actualmente, por la precesión de los equinoccios, estos son los grados zodiacales que –aproximadamente- ocupan las Moradas lunares. Se incluye el punto de acupuntura que corresponde.
En los casos en los que encontremos el M.C. en el límite de las cúspides propuestas, al ser éstas aproximadas, conviene buscar la extrella más próxima al M.C. y comprobar a qué Morada Lunar pertenece: dicha Morada será la que nos de la clave del punto acupuntural resonador.

MORADA LUNAR POSICIÓN ZODIACAL RESONADOR ACTUAL

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