A menudo nos preguntamos como serán esos «bichitos» que habitan en otras dimensiones y que a veces se cuelan en esta por medio del plano astral. Hoy os traemos la experiencia de alguien que se cruzó con uno de ellos y aunque no sufrió daño alguno se recomienda tener cuidado con las arañas astrales.

Muchas personas afirman haber visto arañas astrales en sueños, visiones y pesadillas, pero en otros casos el contacto ha ido más allá de lo etérico y han pasado al plano físico.

Las numerosas experiencias con estas entidades arácnidas etéricas son demasiado numerosas como para llegar a ignorarlas. Estos informes son consistentes en muchos aspectos, además de extrañas cuando se tiene este tipo de visión paranormal.

En ciertos casos, hay personas que pueden ver estas entidades negativas, conocidos como bajos astrales que adquieren ciertas formas o tamaños que hacen de ellos una forma muy agresiva. Este es el caso de una persona que tuvo un contacto directo con una de estas criaturas.:

“Me dirigí al piso de abajo, donde hay una pequeña despensa cerrada con llave y un cuarto un poco más amplio donde guardamos todos los objetos que no utilizamos. Bajé las escaleras y me puse en frente de la puerta del cuarto más amplio, encendí la luz, pero me quedé parado sin terminar de entrar. Tengo que decir que antes de entrar mire alrededor del cuarto, no sabría explicar la sensación que tenía, sencillamente notaba que había algo, no sé realmente como describirlo….

Avance con la cabeza y mire a mi lado derecho, y ahí estaba, me encontré con una araña. Me quedé mirándola unos segundos atónito ante su inmenso tamaño, esta comenzó a correr muy rápidamente, primero en círculos, después como si quisiera saltar.

Pero para mí fue tal el susto, que rápidamente di un paso hacia atrás, salí corriendo al piso de arriba para dirigirme al despacho donde se encontraba mi mujer.

Le expliqué lo que había visto, y le pedí que por favor bajara conmigo para ser partícipe de lo ocurrido. Se extrañó tanto, que finalmente decidió bajar y verlo por ella misma.

A continuación describo lo que los dos vimos aquella noche: La araña era de un tamaño considerable, (como el tamaño de una mano abierta), de un color amarronado y grisáceo, lo que si me gustaría resaltar es la extrema velocidad con la que corría, era muy rápida y ágil, este detalle me llamo la atención.

Seguidamente bajamos yo y mi mujer con todo tipo de utensilios para matar al arácnido, con insecticidas, escobas, (en nuestra lógica desesperación incluso con lejía).

A pesar del susto, bajamos cuidadosamente mirándolo todo, cuando me arme de valor accedí deprisa y corriendo al habitáculo donde había avistado al arácnido, pero no estaba.

Comencé a rociar con insecticida toda la habitación pensando que habría detectado nuestra presencia y estaba escondida, mientras mi mujer observaba desde las escaleras, por si salía.

Y pasado unos instantes, salió de debajo de un lavadero corriendo a gran velocidad, y la pudimos ver claramente mi mujer y yo, salió y se quedó parada debajo de una silla de madera, se quedó parada unos segundos allí. Salí corriendo detrás de ella pensando que ya la tenía.

Estábamos relativamente tranquilos ya que no tenía salida porque la puerta de la despensa estaba cerrada y no tenía sito para pasar por abajo, (pues tan solo hay 2 milímetros de espacio de la parte inferior de la puerta al suelo).

Pero al parecer no fue así, salió corriendo (más que correr daba la impresión de que se deslizaba o planeaba) de debajo de la silla y “se metió por debajo de la puerta de la despensa”.

Nos quedamos durante unos segundos callados y pensativos, sin dar crédito a lo ocurrido, de hecho mi mujer me repetía una y otra vez que no era posible lo que habíamos visto, y que aquella araña era muy rara porque parecía desplazarse o planear y no correr, pero yo no le di ninguna importancia.

Rápidamente abrí la despensa, un pequeño habitáculo sin ninguna salida, pero ahí no había nada, absolutamente nada. Entonces precinté con cinta americana toda la puerta. Vamos que la deje completamente aislada, puesto que no había ventanas ni ningún otro tipo de salida.

Después de una noche sin poder dormir, comentando una y otra vez lo que había pasado y analizando la situación, decidimos que no podíamos quedarnos tranquilos con semejante arácnido en la casa, así que flamamos al día siguiente a varios expertos en plagas, quienes después de dar la descripción de la raña nos dijeron que se trataba de una “araña parda”, y que no era muy común, además debíamos tener cuidado porque es muy venenosa.

Entonces nos recomendaron que llamásemos al Serdefecto de Protección de la Naturaleza (SEPRONA), quienes rápidamente acudieron. Después de darles las explicaciones pertinentes, revisaron exhaustivamente la despensa, palmo a palmo. De hecho la revisión se hizo de forma muy tranquila y pausada, lógicamente.

Pero a medida que revisaban y pasaban los minutos, cada vez tenía más claro de que no la encontrarían, viniéndome a la mente aquel detalle del que tanto mi mujer me hablaba, y es que ciertamente era demasiado grande como para haber pasado por debajo de la puerta. No era posible que físicamente ese tamaño pasara por debajo de 2 milímetros de madera, puesto que el espacio físico era lineal no circular.

Y entonces me fui convenciendo poco a poco que de alguna forma “se había desvanecido”. El equipo del SEPRONA, no encontró evidencias de la araña.

A día de hoy recuerdo perfectamente lo que vi, pero sobre todo lo que percibí antes de entrar en la habitación, ya que sentí que no debía de entrar, y así fue. Encontré algo que posiblemente no olvidaré durante mucho tiempo, y que creo que no era de este mundo.»

La experiencia con arañas astrales descrita por L.O.P. es más común de lo que podríamos imaginar, y este es un ejemplo de los numerosos reunións que podemos encontrar en la vida real.

Descartando la posibilidad de pueda ser algún tipo de araña común o especie invasora, las arañas astrales existen en la cuarta dimensión. Es por eso que son tan difíciles de ver a simple vista.

Pero aunque estas arañas astrales se encuentran en la cuarta dimensión, sin embargo, si se posee cierta capacidad psíquica es posible observarlas en la tercera dimensión, nuestra propia realidad.

Si una persona logra verlas, se dispersará en todas direcciones. Pueden sentir cuando nos fijamos en ellas. Si una persona llega a ver a una de estas criaturas astrales, hay que saber que se está viendo algo completamente real, aunque sea difícil de creer.

Estas arañas astrales pueden atacar y morder. Otro punto a tener en cuenta es la extrema velocidad de estas, incluso rozando lo inexplicable.

A menudo, sus picaduras dejan pequeñas marcas en la piel. Pero ellas conseguirán desaparecer, aunque la realidad es que todavía están presentes en la dimensión donde residen, siendo esta la cuarta dimensión.

Aunque no existe mucha información sobre sus apariciones en nuestra dimensión, gracias a las experiencias contadas como la de L.O.P. se sabe que pueden ser vistas, y que no les gusta ser observadas.

Y sobre todo, la percepción de quienes consiguen verlas, que antes del avistamiento la persona puede llegar a sentir una presencia invasora cerca de ella, siendo la intuición la mejor herramienta para protegernos de este tipo de arañas astrales.