Aquí llega uno de los niños más temidos por sus padres, maestros, vecinos y demás. ¿Crees que se debe a su afición precoz a la camorra? ¿A sus tendencias pirómanas?

No, ése no es el problema (salvo en excepciones, que las habrá). Géminis pone a temblar a su entorno porque, apenas articula sus primeras palabras, nos fusila a todos con sus interrogatorios.

Es curioso y dinámico. Muestra tal agilidad mental que parece que nació con un plus de energía cognitiva. Quienes viven con él/ella no tardan en darse cuenta de esto.

niño curioso

El gran quiero de saber

El mini-Géminis quiere saberlo todo. Tan pronto como aprende para qué sirven las preguntas, comienza a usar este recurso indiscriminadamente: – Papá, ¿por qué tú no te pintas los labios como mamá?

Y, como hagas larga o espesa tu respuesta, te salta con otra: – ¿Por qué saltan los gorriones?

Los padres y todos los que sean cosidos a preguntas por el peque Géminis, tendrán que hacerse buenos amigos de Google para realizar su inagotable sed de conocimiento. O enseñarle al pequeño a auto-abastecerse de información, en cuanto sea posible.

Aunque eso no evitará que el niño/a Géminis siga con sus cuestiones: – Mamá, ¿ésta es la vecina chismosa que te cae gorda?

Sí, sí… Hará preguntas en el lugar y el momento más inapropiados. No obstante, por suerte o por desperfecto, pronto aprenderá a medirse y a usar las preguntas y respuestas para manejar el entorno a su antojo.

Fascinado por el poder de las palabras
Desde que le salen los dientes, Géminis aprende que la palabra es un instrumento que sirve para obtener de los otros aquello que quiere.

Poco tarda en tomar nota y usar las palabras a su conveniencia. Menos mal que ahí están los adultos, canalizando este potencial y ayudándole a rentabilizarlo.

Porque, a pesar de lo anterior, al peque le cuesta escuchar sin interrumpir. Será que aún no se da cuenta de que todos los demás no tienen una mente tan rápida e insaciable como la suya.

Los mayores serán quienes promuevan en él la virtud de la paciencia y la tolerancia, tan necesarias para convivir en este mundo variado.

Y, además, le ayudarán a enfocar su energía, tan dispersa dados sus múltiples intereses. Le convencerán de la importancia que tiene cumplir con sus deberes de la escuela o con sus responsabilidades en casa.

Poco a poco, con la buena guía del entorno, el niño/a Géminis irá sacándole partido a ese potencial con el que vino al mundo. O eso es lo que quieremos todos… ?