Los signos cardinales coinciden con el cambio de estación. En el hemisferio norte: Aries (primavera), Cangrejo (verano), Libra (otoño) y Capricornio (invierno).
Por tanto, los cuatro se asocian a un nuevo comienzo. Su papel es el de iniciar, impulsar; hacer que lo que está en sus respectivas cabezas se mueva, bien hacia delante o de lado como el cangrejo. ¡Pero que se mueva!
Los cuatro echan a andar. Si no hay camino, lo hacen ellos. Las cambio, en lugar de amedrentarles, les dan vidilla. Es más, hasta llegan a provocarlas para tener más oportunidades de crecer.
Claro que, perteneciendo cada uno a un elemento distinto, esta cualidad se manifestará de una u otra manera.
ARIES (signo de fuego). Es el explorador del mundo físico. Impulsivo, impetuoso, de rápida combustión. No espera a que otros le cuenten lo que han visto o lo que han hecho. Aries lo experimenta de primera mano.
Es el pionero del zodiaco. Siempre tiene ideas y objetivos hacia los que volcar sus energías. (Hablamos más detenidamente de su camino hacia el éxito en esta entrada).
CANGREJO (signo de agua). El explorador de las emociones y los sentimientos. Es el más sutil expresando su ambición, que suele volcarse en su entorno próximo (el hogar y la familia), aunque también se le da bien el mundillo de los negocios.
La fuerza de Cangrejo radica en su receptividad. Se pinta solo motivando e insuflando confianza a su “equipo” para que arranquen con el proyecto o con lo que se trate.
LIBRA (signo de aire). El punto fuerte de este iniciador son las ideas. A Libra le sobran, así como capacidad diplomática para que los involucrados en el proyecto lleguen a un consenso y comience a cocinarse el negocio.
Saca partido de sus amistades y aprovecha las situaciones sociales para dar curso a sus pretensiones. Porque, aunque no lo parezca, es ambicioso como sus compañeros cardinales.
CAPRICORNIO (signo de tierra). El que sí se ha granjeado fama de ambicioso es Capricornio, porque suele orientar más esta cualidad hacia su éxito profesional. Todos conocemos su estilo, sólido como una roca.