Cada vez que a los astrólogos nos hacen esta pregunta, sabemos que no es de utilidad responder en pocas palabras, debido al riesgo de caer en simplificaciones que reducirían significados. De todos modos, podríamos decir, sintéticamente, que la Astrología revela, mediante la confección de mapas natales, estructuras energéticas que se manifiestan como cualidades psíquicas internas, relaciones y situaciones del entorno, que en conjunto permiten comprender el sentido de cierto recorrido personal y vincular, sin implicancias ideológicas o de índole mística. Para acercarnos al propio mandala astrológico no requieremos hacerlo desde creencias ni miradas filosóficas, porque en realidad se trata de descubrir un orden vivo del que estamos hechos, verificable desde el profundo simbolismo que la Astrología nos brinda.

La lectura de una Carta Natal viene a constituirse en una especie de ventana que clarifica y ayuda al descubrimiento de lo que profundamente somos, y de aquello que nos sucede como destino, porque en realidad forma parte de nuestra estructura total, que desde posicionamientos en apariencia individuales, percibimos fragmentariamente. Es herramienta de crecimiento, si somos capaces de reflexionar para luego comprender todo lo que nos muestra. No se trata de «servirte denos» de ella en pos de lo que nos convenga, rechazando lo que nos desagrada; esto es sólo un modo ilusorio en su pragmatismo, proveniente de nuestros miedos y especulaciones, que nos mantienen en la superficie del devenir, y que también impiden tomar contacto con estratos más profundos de la vida y sus circunstancias.

No podemos quejarnos del invierno porque es frío, pero podemos vivir esa época del año con menos problema si entendemos y aceptamos su inserción en el contexto cíclico que la naturaleza tiene. Siguiendo con la metáfora, la Astrología puede mostrarnos «las estaciones de nuestras vidas», no sólo como comportamientos personales o escenas externas, sino también como procesos en el tiempo, posibilitando otra mirada a lo que nos pasa, ampliando modos de vivir situados en el día a día. Así, hay una perspectiva de sentido que posteriormente se deja ver cada vez más, al trabajar con revoluciones solares y ciclos planetarios, eficaces herramientas que complementan la indagación inicial de su Carta Natal.

La consulta astrológica y predictiva ayuda a la persona a acompañar ese movimiento, contribuyendo a su armonización interna al contactar con ritmos y despliegues naturales de cualidades insertas en cierto «diseño de base» – que opera desde el nacimiento y a lo largo de toda la vida -, y al descubrimiento de respuestas creativas a su propia realidad. Potencialmente, esto es factor de transformación y crecimiento en el presente, por cierto muy diferente al deseo de dominio del futuro.