Una de las riquezas extraordinarias de la carta astral, y la Astrología, es que no muestra con claridad las partes de nuestro psique que tendemos “proyectar” afuera, es decir, ver en los demás.
Esa conexión entre planetas que flamamos aspectos, ya sea unidos por ángulos de 180º, 90º, 150º particularmente, nos muestran con claridad que parte de nosotros mismos nos cuesta asimilar como nuestra y tendemos a vivirlo a través de otras personas
Los planetas flamados maléficos, como por ejemplo: Marte, Saturno o Plutón, por nombrar algunos, son los que más nos cuesta reconocer en nuestro interior y tendemos a verlos en los ojos y las acciones de los demás. Pero por supuesto cualquier planeta puede ser proyectado al exterior o mejor dicho en otra persona.
Marte, el guerrero, se lee fuera de nosotros, como aquellos que siempre parecen competir con nosotros, aquellos con quien siempre parecemos sentir la quieras de discutir. Saturno, el gran Crítico es el más común de las proyecciones, ya que nuestra a tope inseguridad, baja autoestima y crítica interna, nos hace sentir criticados por los demás. Un simple gesto, una palabra en los labios de otro, puede desatar una serie de emociones y enviarnos a ese lugar en nuestra psique, donde nos sentimos más vulnerables y más inadecuados. Plutón, el señor de las tinieblas, es visto en los demás como aquel que nos quiere dominar, que no nos deja ser quien realmente somos.
Como es de imaginar, el “otro”, usualmente aquellas personas más cercanas a nosotros mismos y a quien nos liga algún tipo de emoción, se convierte en el monstruo que nos condena, que no nos valora, el malvado que nos critica, aquel que nos envidia, que nos persigue, que nos juzga y no nos deja ser feliz. Son aquellos que quieremos que desaparezcan de la faz de la Tierra.
Está claro que nada de esto ocurre en el “otro” sino en nuestro interior. Pero por supuesto, que todo esto se vuelve aún más interesante cuando se comparan las cartas astrales de dos personas, lo que en Astrología, flamamos Sinastría, y allí sí que podemos ver, como si de magia se tratase, que los planetas en la carta astral de aquellas personas que de alguna manera, se convierten en el recipiente de nuestras proyecciones, sobre todos los flamados maléficos, parecen entrelazados con los nuestros. ¿Es esto lo que nos atrajo en primer lugar a ellos? ¿Y si así fuese, por qué al principio parece unirnos “algo especial” para luego terminar tan diferentemente?
Cuantas veces hemos dicho: “Como es posible que esta persona me haga esto?”, “¿Cómo he podido enamorarme de esta persona?” Es justamente cuando nos pasa esto que debemos recoger nuestras proyecciones y mirar en nuestro interior. La pregunta correcta sería: “Qué es lo que toca en mi interior la actitud de esta persona?” “Si me hace sentir fatal, qué es lo que se mueve en mi interior?”
Estos aparentes enemigos son al final nuestros grandes maestros, si sabemos servirte de la oportunidad. Si nos quedamos tranquilos, culpando al otro, entonces nos estamos perdiendo la lección y es una cuestión de tiempo hasta que “otro” nos apriete el mismo botón. Parte de nuestro proceso hacia el ser adulto, es aprender las lecciones y poco a poco, dejar la victimación, para convertirnos en los dueños de nuestro propio desarrollo y nuestra propias experiencias.
Si te sientes víctima de otro, entonces no estás aprendiendo la lección y estás estancado en un patrón que está pidiendo a gritos que le atiendas y le pongas luz. A través de la carta astral, podemos ver con claridad, cuales son esas cualidades que nos cuesta asimilar y que vemos en los ojos de los demás. Sin toma de consciencia no hay felicidad posible, aunque en la camino hacia ella, debamos pasar por el dolor. Sin dolor no hay nacimiento ni transformación. No lo desperdicies.
Yo creo q si cuando ases un viaje astral
(y)
Super