¿Que influencia tiene la Astrología en nuestras vidas?
Aquí os dejo un articulo que nos explica esta disciplina.
Los orígenes de esta disciplina se encuentran entremezclados con la Astronomía, cuando desde hace más de 5.000 años y desde todas las civilizaciones, los hombres quedaban absortos mirando el cielo, tratando de comprender en una especie de introspección el mensaje de las estrellas.
Así como resulta innegable la influencia de la luna en los ciclos de la cosecha, las mareas, los animales y las plantas; de igual manera en la actualidad se conoce que en una gran parte del planeta son cada vez más los profesionales de distintas áreas que se disponen a escoger la fecha más propicia para determinadas acciones, teniendo en cuenta las fases de nuestra nocturna encantadora, deciden por ejemplo el día de una intervención quirúrgica, de un viaje, de un corte de cabello o de una mudanza.
Tan cierto como las estadísticas que muestran que los eventos más tristes o los delitos más intensos suceden en luna llena; la astrología infiere el posible resultado de lo que se inicia en un determinado instante, observando la naturaleza energética de las personas en relación a la posición de los planetas y sus aspectos; deduciéndose de ello que las condiciones de vida en nuestra tierra son la consecuencia de la interrelación que existe entre ese ser y el universo. La astrología nos enseña que estamos profundamente unidos con el cielo, que en cada uno de nosotros esta la totalidad del sistema solar, todas las energías de los planetas organizadas y distribuidas de cierta manera particular, formando ese entramado único e irrepetible que somos.
Nuestro registro habitual de percepción de las cosas y las situaciones, nos dice que somos partes separadas; mientras que la mirada astrológica nos pone de manifiesto que en cada parte esta la totalidad; y en esa totalidad, somos vibración, la misma que tenía el sistema solar en el momento en que nacimos.
La Astrología es un sistema simbólico que pertenece a la familia de los ‘lenguajes Sagrados’, como el Tarot, la Cábala, el I Ching; todos ellos nos transmiten la experiencia de la unidad; porque en cada parte esta el Todo. Mientras el cielo tiene ciertas formas, en la Tierra también hay ciertas formas. En el cielo están siempre presentes las mismas energías, pero lo que van a cambiar son las proporciones, las posiciones y las vinculaciones entre ellas.
Energéticamente esto es algo que sucede todo el tiempo, porque el sistema solar esta en continuo movimiento. Comprender qué relación existe entre un planeta en el cielo y lo que me esta sucediendo a mi en la Tierra; poder captar ese hilo invisible que nos une con el cielo, es aprender a percibir esa totalidad que somos.
Una carta natal es el gráfico del dibujo que estableció el sistema solar en el cielo, el día, a la hora y en el lugar exacto en donde nació una determinada persona. Y seguramente habrá quienes pensarán, para qué me sirve conocer ese gráfico?. Si comprendo mi propia naturaleza energética, puedo vislumbrar la manera en que mis acciones me ocasionan tristezas, dessimpatias o frustraciones; y ya no puedo seguir culpando a la mala suerte de mis infortunios. Este discernimiento hace posible que modifique mi relación con algunos tipos de energía que rechazo o niego y que al hacerlo así, sucede el destino; es decir termino atrayendo aquello que proyecto por represión. Por ejemplo, a la mayoría de nosotros, ya sea desde nuestra familia, la educación o lo social, nos enseñan que la energía de agresión, de malestar y de quiero, representada por Marte, no es una buena o correcta manifestación; ya que se espera de nosotros, que seamos delicados, pacíficos, amables, etc., etc.
Ahora, si yo tengo en mi carta natal un Marte muy fuerte, y por mi formación cultural no me permito expresar ese caudal de energía; entonces terminará sucediéndome el destino, es decir, estaré tranquila y con mi auto estacionado escuchando música, cuando de pronto alguien llegará inesperadamente y me chocará el coche. Me sorprende la malestar desde afuera, entonces me quejo porque el destino me trae cosas que siento no merezco. Y en verdad, no merezco si puedo canalizar mi energía marciana, no ya saliendo con un palo a la calle a romper todo lo que se cruza en mi camino, sino jugando esa energía desde el quiero, la decisión, la resolución. Cada vez que negamos o rechazamos demasiado algo, en la misma medida que lo hacemos, invocamos ese mismo tipo de vibración como destino.
No es casual, que nosotros, humanos, poseedores de tamaña inteligencia, seamos capaces de trastabillarnos unas cuántas veces con la misma piedra. De la misma forma que no esperamos que un manzano nos dé peras, el conocer nuestra naturaleza nos permite proyectarnos de una manera acorde, permitiendo un fluir más armónico de nuestra energía, evitando que nos encasillemos con determinadas identificaciones y proyecciones. Por todo esto, es que el trabajo del astrólogo es de acompañamiento; es de transitar un proceso junto con el consultante, en donde poco a poco se puedan ir internalizando estas pautas energéticas, que no son nada más, ni nada menos, que el «darse cuenta» del camino evolutivo y personal de cada quien en esta tierra.
Si bien es cierto que no todo esta escrito, es maravilloso descubrir lenguajes que nos hablan de nuestro propio paisaje interior, permitiéndonos acceder a esa guía de ruta que nos evitará tiempos de desreunións y confusiones. Nadie duda en consultar a un médico, cuando lo acecha un determinado dolor físico; de igual manera es tan útil y pertinente acudir a estas disciplinas cuando de nuestro interior se trata. La inseguridad, la frustración, el dolor, la angustia, la angustia, la impotencia, la falta de estima, el pesimismo, el vacío existencial; son todos indicios de un desequilibrio energético. Si puedes tomar conciencia de que eso esta sucediendo en tu vida, entonces no vaciles en solireuniónr tu carta natal; prestigiosos profesionales de la astrología te esperan para acompañarte en este viaje hacia tu desarrollo personal.
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