Los Siete Principios Herméticos o Leyes de Equilibrio Universal son éstos: Ley o principio del Mentalismo, Ley o principio de Correspondencia, Ley o principio de Vibración, Ley o principio de Polaridad, Ley o principio de Ritmo, Ley o principio de Causa y Efecto, Ley o principio de Género. Todos ellos, de manera simultánea y continua, están en la base de todo cuanto somos, nos rodea y sucede, cumpliéndose fehacientemente y sin cesar, por increíble que a la mente racional le pueda parecer.

La Tabla Esmeralda forma parte de la Hermética (libro sagrado que describe la sabiduría mitológica y el poder del dios egipcio Thoth y el dios griego Hermes), y es uno de los documentos mágicos más venerados en occidente. Se supone que la filosofía del antiguo Egipto está inscrita en esta tabla, según la leyenda fue encontrada en una tumba.

Al igual que para saber a qué sabe una manzana, la única alternativa que tenemos es comernos una, para aceptar y asumir la verdad de estos siete principios, sólo nos queda observar, prestar atención, recoger datos, analizar, comprobar y experimentar. Así, cada cual, en lo más profundo de su ser, encontrará sus propias respuestas y conclusiones porque quien conoce estos principios con comprensión, posee la llave mágica ante cuyo toque todas las puertas del templo se abren de repente.

La verdad básica de cada una de esas leyes universales es la siguiente:

1 – Ley de Mentalismo: El Todo es Mente; el Universo es mental.

2 – Ley de Correspondencia: Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba.

3 – Ley de Vibración: Nada descansa; todo se mueve; todo vibra.

4 – Ley de Polaridad: Todo es dual; todo tiene polos; todo tiene su par de opuestos; semejante y desemejante son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se encuentran; todas las verdades no son sino medias verdades; todas las paradojas pueden ser reconciliadas.

5 – Ley de ritmo: Todo fluye, fuera y dentro; todo tiene sus mareas; todas las cosas suben y bajan; la oscilación del péndulo se manifiesta en todo; la medida de la oscilación hacia la derecha es la medida de la oscilación hacia la izquierda; el ritmo compensa.

6 – Ley de causa y efecto: Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la ley. Casualidad no es sino un nombre para la ley no reconocida; hay muchos planos de causa, pero nada se escapa a la ley.

7 – Ley de Género: El género está en todo; todo tiene sus principios masculino y femenino; el género se manifiesta en todos los planos.

Ahora estudiemos un poco más estos principios.

LEY DE MENTALISMO

Todo cuanto existe ha nacido de la Mente Universal, del Vacío Primordial, del Gran Espíritu… y demás apelativos que queramos usar para referirnos a aquello que, como el Tao, siempre ha existido y siempre existirá, no tiene principio ni final, no se puede nombrar, acotar ni definir porque, cuando intentamos hacerlo se nos escapa, además de separarnos y hacernos perder la unión con su infinita y siempre viviente energía. Gracias a este principio sabemos que la verdadera naturaleza de las palabras: energía, poder, materia, fuerza… es mental, por lo que el origen real de cuanto nos rodea está en la mente y es un pensamiento que, poco a poco, va tomando forma hasta materializarse y convertirse en algo que podemos ver, oler, tocar, oír o gustar, por la energía que le damos cada vez que pensamos en ello. Somos, en primer lugar, lo que pensamos.

LEY DE CORRESPONDENCIA

Este principio nos dice que todo está relacionado y que invocamos a nuestra vida aquello que está en consonancia con nuestro interior, ya que siempre hay una correspondencia, una reciprocidad entre los diversos fenómenos y planos de la existencia. Gracias a esta ley, podemos comprender y resolver muchos asuntos y aspectos de nuestra persona y de nuestra vida que nos parecen oscuros, misteriosos y sin sentido si únicamente los contemplamos con la lógica, con la razón y con lo que conscientemente queremos o requieremos, olvidándonos de otros medios de conocimiento, de otros planos de existencia y de que, muchas veces, lo que de verdad requieremos es algo muy inconsciente, siendo esta carencia la que nos trae, por resonancia energética, justo lo opuesto de lo que esperamos, para que seamos conscientes de ello y lo resolvamos.

LEY DE VIBRACIÓN

Según esta ley, lo único real y permanente es el cambio, la transformación, la transmutación de la energía, cualquiera que ésta sea. Nada ni nadie, aunque en ocasiones así lo creamos o nos lo parezca, está quieto e inamovible. Ni siquiera lo estamos cuando nos encontramos en un momento o situación en la que nos sentimos paralizadas y no sabemos qué hacer o tenemos miedo de hacer lo que sabemos que tendríamos que hacer. Lo que también dice este principio es que hay grados diferentes de vibración, de movimiento según el plano, el momento, el lugar… de que se trate, oscilando entre las altas intensidad y rapidez de movimiento del espíritu y las bajas de las formas materiales más groseras. Entre ambos polos, la variación de grados de vibración es infinita.

LEY DE POLARIDAD

La verdad interna de este principio es que en todo cuanto existe hay dos polos, dos fuerzas, dos aspectos aparentemente opuestos que, en realidad, son la misma cosa o la misma cualidad contemplada con un punto de vista distinto, siendo la diferencia entre ellas únicamente de grado. Si no existieran los opuestos nada podríamos conocer ni comprender, tanto interna como externamente: no podríamos ver la diferencia de luz entre el día y la noche, no apreciaríamos la risa y la alegría si no existieran también el llanto y la pena, no nos daríamos cuenta de la temperatura si no sintiéramos calor o frío, no sabríamos qué es un hombre ni una mujer, y así hasta el infinito con cualquier ámbito o cualidad que escojamos.

LEY DE RITMO

Este principio nos revela que en todo cuanto existe: el Universo mismo, los animales, las plantas, las personas, la mente, la energía y la materia, hay siempre un movimiento oscilatorio y pendular hacia un polo u otro de la realidad: una acción y una reacción, un avance y un retroceso, una elevación y un hundimiento, una creación y una destrucción, siendo precisamente el movimiento entre un extremo y el otro lo que compensa y equilibra al sistema de que se trate.

LEY DE CAUSA Y EFECTO

Este principio deja claro que la casualidad no existe. Todo, aunque no sepamos o no podamos encontrarlo, tiene un sentido, un motivo, una causa y, a su vez, toda causa tiene un efecto, pudiendo ser la distancia entre una y otro corta, media o larga, puesto que las consecuencias de nuestras acciones aparecen en distintos momentos del tiempo, según de qué se trate, de cómo nos afecte o afecte a otras personas, de nuestra capacidad para responder, de las herramientas con las que contamos, etc., pudiendo incluso ir más allá de cada vida.

LEY DE GÉNERO

Este principio opera siempre en la dirección de la generación y de la creación. Su verdad es que la energía masculina y femenina siempre están presentes y funcionando en todos los planos: físico, mental, emocional y espiritual. Todo, por lo tanto, tiene un género: activo y masculino o receptivo y femenino.. También nos revela que todo: cosa, animal, persona…, además de pertenecer al género masculino o femenino, tiene dentro de sí la energía correspondiente al género opuesto. Así, por reuniónr el ejemplo más próximo: los hombres poseen en su interior una parte femenina/receptiva y las mujeres una parte masculina/activa, independiente de su relaciones fisico-amorosas biológico y de sus agrados fisicoes. Debemos recordar aquí que una mitad de nuestros cromosomas son paternos y la otra mitad maternos, por lo que todas sin excepción llevamos en nuestro interior tanto un hombre como una mujer.

María Sánchez-Villacañas de Toro