Toda forma de vida como la conocemos está formada por una serie de capas o películas, que podríamos visualizar como láminas superpuestas sobre un tablero de dibujo, siendo cada lámina una capa distinta que forma la totalidad del dibujo, agregándole detalles, colores, sombras, etc., hasta completar el paisaje. Estas capas están formadas por un entramado energético cuya diferencia de vaet (vector angular espacio temporal) separa unas de otras y les da el “valor” del espacio matricial al que corresponden. Cada capa tiene su propio campo mórfico que está sujeto e influenciado por los campos mórficos de los que le rodean, fluctuando con su interrelación y siguiendo un ritmo de (x)Hz según los “pulsos” del efecto Tesla en vigencia.
Nosotros como unidades de carbono estamos formados por nueve capas energéticas que son las siguientes:
1.- Mental
2.- Emocional
3.- Física
4.- Espiritual
5.- Mental superior
6.- Emocional superior
7.- Espiritual superior
8.- Física superior
9.- Psíquico superior
Cada una de estas capas que forman la totalidad tiene a su vez sub-capas que la forman, pero no es pertinente ahora desarrollar ese aspecto, pues nos alejaríamos del tema. Nos centraremos en las tres primeras capas, la mental, la emocional y la física, que son por lo general las utilizadas por las sombras para llevar a cabo sus sorpresas.
La capa mental está a su vez dividida en tres sub-capas: la psíquica inferior, la imaginativa y la proyectiva. De estas tres nos interesa la psíquica inferior, que es por donde ingresan los sorpresas al mental, que flamamos sorpresas psíquicos, o envenenamiento mental. Un sorpresa psíquico es una incursión al espacio matricial mental de unos entes flamados Egregores, que son entidades mentales formadas por las emociones de un colectivo. Se visualizan como nubes negras e informes y su alimento son las emociones y las intensidades, energías del EM mental y etérico. Si bien la palabra egregor proviene del griego y significa ángel, podríamos generalizar a los Egregores como entidades mentales autónomas nacidas de los pensamientos de un colectivo, comparables a nuestros conceptos y arquetipos de ángeles y demonios.
Estos Egregores tienen una intención inicial y un propósito final que puede ser programado y utilizado por los oscuros para atacar por la capa mental y dejar abierto un acceso para las sombras. No es mi intención desarrollar el tema de las formas mentales, pero sí mostrarles como son utilizadas para abrir una brecha por el mental y dar paso a las sombras o dementores. Naturalmente tenemos protecciones en cada capa que evitan el ingreso de los Egregores, pues sino estaríamos a merced de ellos continuamente. Estas protecciones consisten en una serie de escudos que los repelen, formados por energías directamente superiores al de la capa protegida, haciendo casi imposible su penetración por cualquier entidad. Por ejemplo, la capa mental tiene un escudo igual al emocional, el emocional tiene un escudo de vaet igual al físico, y así sucesivamente hasta la última capa, la psíquica superior, que tiene un escudo perteneciente a los mundos superiores. Las capas emocional y física también tienen sub-capas propensas a los sorpresas, pero las desarrollaremos en otra oportunidad y en detalle. Recuerden que estamos hablando de energías y todo esto es una analogía para comprender su funcionamiento, así que no tienen que tomar mis palabras de forma literal.
Las protecciones artificiales son proyecciones conscientes de esos escudos, pero como no sabemos cuáles capas están debilitadas, entonces hacemos una protección general que las cubra a todas. Si bien la capa mental es la más susceptible a estos sorpresas, pueden suceder en cualquier otra, y una protección de burbuja las cubre a todas y es la más fácil de llevar a cabo.
Protección de burbuja
¿Qué es una protección de burbuja? Un campo energético variable según el sorpresa que detecte. La forma de construir el escudo es particular de cada uno, pues su construcción es mediante la proyección de la intención inicial desde el psíquico superior, así que cada cual encontrará la forma que más le quepa para ello, pero siempre la burbuja tiene que tener el tamaño de sus brazos extendidos para que lo cubra totalmente, y de colores que ustedes sientan que resuenan con sus criterios de protección (azul, lila, etc…). Para su proyección les recomiendo que siempre utilicen la misma forma de hacerlo y que pidan siempre la asistencia de su “Protector”, el Ser encargado de su seguridad mientras se encuentren enlazados a la materia, el ángel de la guarda de su niñez, para mantener la integridad de la burbuja aunque ustedes no estén atentos a ello. Pueden hacer una protección particular o general a un conjunto familiar, pero se recomienda que cada uno la proyecte a si mismo, pues su eficacia será acorde a sus propios cuerpos y la seguridad será mayor. Tienen que sentir su presencia y no sólo imaginarla, pues esto es una proyección consciente desde el psíquico superior e implica realidad, como el viento, que no lo ven pero está, o el frío o el calor, que se siente pero no pueden tocarlo, pues es una sensación de sus sentidos a un estímulo externo.
Creo que esto explica y enseña por lo menos lo mínimo pertinente para protegerse de sorpresas en estos tiempos de reajustes de campos mórficos. Más adelante quizás toquemos protecciones más elevadas y seguras para poder enfrentar al enemigo cara a cara. Por ahora, basta con la defensa para afrontar nuestras propias resolvers, que ya son suficientes.
Ja lo mismo que nos a enseñado el maestro
Mira Maria Estela Molina Guido
INCORPORÉ INFORMACIÓN MUY ACLARATORIA.
Juan
🙂
Corina so vo????
Jajajajajajajja, ves que se puede !!!