Buena suerte: Objetos que siempre debes tener en casa
Hay objetos que a lo largo de la historia se conviertieron en portadores de un gran potencial de energía, de atracción de felicidad y fortuna. Sepa cuáles son y adquiéralos para poder tenerlos siempre, a mano, en el hogar.
El temor ante lo incierto del futuro ha dado lugar a supersticiones de todo tipo. Así, a un sinfín de objetos -naturales o artificiales- se les ha atribuido el poder de invocar la buena suerte y de alejar la mala. Más allá del origen de cada amuleto, la cuestión reside en que su poder protector y atrayente de buena suerte se refuerza porque somos las personas quienes se lo otorgamos con nuestra fe. Esa creencia popular que durante siglos ha considerado mágicos a ciertos instrumentos, los ha convertido en una especie de cuerpo energético capaz de favorecer realmente la buena fortuna y de rechazar las influencias negativas.
Esperanza, bienestar
Cruz de Caravaca: para que proteja eficazmente contra la enfermedad tiene que ser de oro y haber sido regalada.
Cruz egipcia o Ankh: protege la bienestar y invoca longevidad.
Llave: símbolo de una vida plena y satisfactoria. Los talismanes con tres llaves abren las puertas que conducen al amor, la riqueza y la bienestar.
Mano de Fátima: relacionada a la mano de la hija del profeta Mahoma, se le atribuye el poder de proteger de enfermedades y invocar virtudes como la hospitalidad.
Contra las malas influencias
Sal marina: la sal no refinada sirve por igual para invocar la suerte como para apartar las malas vibraciones. Se dice que colocar bajo la cama, a la altura del corazón, un plato de porcelana blanca lleno de sal no refinada favorece una empresa sentimental; si se trata de un asunto material hay que ponerlo a la altura de los pies. Además de propiciar numerosos beneficios, protege contra las influencias maléficas que puedan asaltar al durmiente. Después de tener la sal bajo la cama habrá que quemarla y luego tirar el producto resultante.
Herradura de caballo: probablemente es el talismán más popular para invocar la suerte y conjurar el mal. Se dice que para que sea eficaz hay que colgarlo con las puntas hacia arriba, pues solo así se convierte en un acumulador de fuerzas astrales. Si se pone hacia abajo, como algunos recomiendan, la suerte queda bloqueada.
Pulseras de oro o piedras semipreciosas: los soldados romanos solían llevar en la mano izquierda un aro de oro antes de salir a la resolver para evitar todo tipo de eventos.
Para alejar la envidia
Abanicos: no solo sirven para quitar el calor o aventar moscas, en China y en Japón moverlos servían para alejar los malos espíritus.
Ojo de Horus: este amuleto, procedente de la civilización egipcia, representa al Sol, de quien se dice que es el “Ojo del día”, y ha sido utilizado en toda la cuenca mediterránea desde tiempos remotos contra el mal de ojo que pueden provocar los envidiosos. Antiguamente no había niño recién nacido que no tuviera uno de estos objetos sobre su cuna, pues se creía que la inocencia de los bebés atraía la envidia.
Ágatas: hay que colocar una de estas piedras semipreciosas en la entrada de la casa para protegerla de las envidias, de los robos y los eventos.
Ajos: una ristra de ajos colgada en la cocina ha sido uno de los amuletos más socorridos y tradicionales como remedio contra el mal de ojo y los malos espíritus. En Grecia se opinaba que la simple mención de la palabra tenía carácter protector.
Campanitas: el tañido de las campanas de las iglesias ha hecho creer que estas tienen el poder de atemorizar y alejar a los espíritus malignos. Por eso se las coloca en pulseras o colgadas sobre las puertas de las casas.
Felicidad, amor
Corazones: realizados en todo tipo de materiales y colgados al cuello, enteros o partidos en mitades, son los talismanes elegidos por los enamorados, pues testimonian el afecto que se profesan. Se cree que al regalárselos a la persona querida ahuyentan la sombra de la infidelidad.
Nudos: en forma de anillos o de colgantes, son muy valorados por los amantes, ya que representan la unión de dos cosas y un lazo de amor eterno. Provienen de la cultura celta.
Para invocar prosperidad
Cuerno de la abundancia: son recipientes curvos –como un cuerno- y de ellos salen frutas y flores. Los pequeños suelen estar tallados en madera, en metales preciosos o en marfil. Se cree que incluso los cuernos simples son capaces de aportar a sus dueños riqueza y abundancia.
Elefante: símbolo del poder, de la sabiduría, de la paz y de la felicidad. En la India se asegura que su presencia en una casa hace desaparecer todos los obstáculos del camino.
Mariquitas o vaquitas de San Antonio: estos insectos traen suerte económica a quienes los encuentran en su jardín o se los posan sobre su piel.
Peces: dorados, plateados, de cristal, colgados de pulseras, en forma de pendientes, tallados en madreperlas, son un antiguo símbolo de riqueza y fertilidad.
Buda sonriente: regalar un Buda sonriente aporta a quien lo recibe riqueza y prosperidad y también buen sentido del humor, lo que transmite felicidad.