Bien sea una cuestión kármica, bien obra de una mala intención hacia nosotros o simplemente durante el sueño en el que estamos más vulnerables, vamos acumulando larvas, parásitos y demás «cositas» que se alimentan de nuestra energía. Hoy os traemos una estupenda limpieza de larvas con los arcángales y el poder de sus rayos.
Puedes grabar las instrucciones y escucharla mientras prácticas la limpieza o pedirle a alguien que te la vaya dirigiendo.
MEDITACIÓN DEL VIENTRE CÓSMICO
Enciende una vela y un incienso ( cualquiera sirve, aunque hay algunos como el palosanto que van especialmente bien para todo lo que tiene que ver con limpieza y purificación)
Nos ponemos de pie, hacemos unas respiraciones profundas y con los ojos cerrados empezamos a visualizar como nos envolvemos en la espiral plata del Padre, dejamos que nos cubra.
Extendemos los brazos a los lados y de ellos sale un cono hacia arriba y hacia abajo, luego pedimos la protección del arcángel Miguel y su rayo azul, que nos envuelve cubriendo por dentro toda la espiral – quedando como encerrados allí dentro de esa pared azul .
Luego pedimos el rayo violeta, con el arcángel Zadquiel y el maestro saint Germain, que llena todo el espacio entre el rayo azul y nosotros, para transmutar y ser sanados dentro de esa espiral de protección y sanación, que es un vientre cósmico, donde somos sanados, limpiados, transmutados, liberados y preparados para el próximo nacimiento, como seres cósmicos con conciencia, sintiéndonos en ese vientre que nos cuida y protege.
Tomamos una respiración profunda, por la nariz, absorbiendo liquido amniótico violeta, y la sostenemos mientras “bajamos” desde el 7 chacra- cabeza – por dentro de nosotros, energía violeta, sintiendo que nos va limpiando, quitando adherencias, soltando Karmas, reorganizando en nuestro cuerpo la nueva estructura en todos sus componentes.
Lo vamos haciendo recorriendo nuestro canal energético central, es decir descendiendo por nuestros chakras hasta llegar a nuestros pies, y más allá, hasta el centro de la Tierra, dejando y soltando allí todas esas adherencias que no nos pertenecen ya, que deben ser limpiadas y arrancadas de nuestro cuerpo físico, astral y mental, les damos las gracias por todo el aprendizaje que nos dieron.
Luego expulsamos el sobrante de la respiración y decimos: Soy un ser del fuego violeta, soy la pureza que Dios quiere… Volvemos y hacemos lo mismo como anterior, repitiendo todo el proceso, por tres veces.
Luego decimos:
Yo soy y bendigo el átomo permanente de mi corazón y con cada latido de mi corazón mi flama trina se expande
Lo hacemos con los brazos hacia abajo y sentimos cada vez que lo decimos, – por 3 veces – que va bajando hacia nuestros pies cada flama, por cada brazo hacia abajo – la azul por el lado izquierdo y la rosa-roja por lado derecho, mientras la dorada de la sabiduría contempla nuestro proceso de limpieza desde el centro.
Cuando estas llamas llegan a nuestros pies se produce un contacto entre ellas que atempera en violeta, incinerando, purificando todas esas adherencias que han quedado tiradas allí a nuestros pies. De estas cenizas, purificado se levantará el nuevo Ser cósmico.
Ya luego pedimos al arcángel Rafael que nos envíe su rayo verde para que sea bálsamo en todas esas cicatrices que han dejado todas esas larvas que han sido arrancadas en nosotros, y lo sentimos como un ungüento sanador; pedimos el rayo rosa de Shamuel para llenar de amor todo resquicio y todo dolor ocasionado por el proceso vivido.
Nos vibramos en el rayo dorado del Padre y nos envolvemos en el rayo blanco, del Arcángel Gabriel, disponiéndonos a reescribir nuestra nueva historia para la ascensión….
Por último pedimos el rayo oro-rubí, para obrar en paz, serenidad, paciencia y armonía.
Damos las Gracias por tres veces a los Rayos y a los Arcángeles que nos han ayudado en la limpieza.