En la fase inicial de la antigua Lemuria, la Isla de Pascua formaba parte de un super-continente.
La Isla de Pascua era la bella cúspide de una montaña, con pendientes laderas aterciopeladas. Sin duda era el Jardín del Edén original.
El aspecto Divino superior del Reino Animal caminaba en sorprendentes conjuntos, viviendo en el agua y en la Luz; comunicándose telepáticamente clara y gentilmente.
Todos vosotros tenéis profundos recuerdos de este Edén, este exuberante paraíso. Es un lugar al que retornáis en estado de sueño.
Y este paraíso fue un tiempo en el cual la locomoción era por proyección de pensamiento, sin duda podíais estar en cualquier parte de la Tierra con mero enfoque.
La energía del Portal Estelar en la cúspide de la Montaña Pascua refulgía con luminosa irradiación, con efluvios que brillaban como pequeñas estrellas suspendidas.
No había temor, ni ira, ni tristeza; solamente Alegría, solamente AMOR; Amor Incondicional.
Las acciones llevadas a cabo por los Lemurianos no requiereban el consenso de un consejo, porque todos estaban en armónica perfección.
Pero sus pensamientos y creaciones no eran frívolos, sino en la frecuencia del bien más alto. Esto era Utopía. Reflejos manifiestos de la más alta visión y lúcida voluntad.
¡Siempre ha estado y aún está allí! Aún resplandece por encima (y en los abismos inferiores) de la Isla de Pascua; y a veces, en medio de los benévolos volcanes y asombrosas estatuas, puede verse en un momento fugaz; y sentirse por un instante de intemporal eternidad.
Lemuria era un Shangri-la de juego, risa y alegría. Cuando uno reía con alegría y dicha, todos sentían el Amor.
Con seguridad los peregrinos a la isla tienen lúcidas visiones de este recuerdo, porque el Jardín del Edén es intemporal. El Portal Estelar y el campo dimensional de este holograma viviente, siempre proyectarán eterna magia.
El territorio y las erguidas estatuas pétreas de la Isla de Pascua proyectan sutil, pero dinámicamente, las claves energéticas.
No se trata de conjeturas, sino de las leyes de la física multidimensional. Sin duda ese territorio eleva la vibración de los Lemurianos pasados y presentes; y permite a todos entrar en la Rapsodia Viviente del Amor.
¿Cómo entra uno en el portal hacia la Tierra Interna?
Vuestros cuerpos son conductos de las corrientes planetarias en la tercera dimensionalidad.
La isla entera es una energía proyectada de peridoto y crisolita! Ahora podéis comprender por qué es un lugar tan incomparable de sanación, serenidad y expansión.
En la isla también hay feldespato. Ambos aportan a la geometría octaédrica, ‘como es arriba es abajo’, de la isla. Los minerales cristalinos y magnéticos (basalto de hierro) se combinan para amplificar la habilidad de las piedras Moi y la Pirámide AHU, para ayudar a cada Humano a viajar lúcidamente a otros reinos.
Las piedras son de la Tierra, pero la energía embebida en ellas es celestial. Es activada con el armónico sonido de ‘Om’, tal como lo son las claves en la Cámara Sagrada de Gizeh; y en el circuito de montículos en el Portal Estelar de Newgrange.
las piedras actúan como el catalizador de las claves frecuenciales, su energía trabaja por inducción con la Mer-Ka-Ná, el Cuerpo Cristalino de Luz, para elevar a aquellos que tienen el Cociente de Luz hábil para entrar.
La Isla de Pascua representa para la Humanidad mucho más de lo que se reconoce; y especialmente para los muchos que experimentaron la vida en sus primeras dos fases.
Cuando la Tierra cambió a la dualidad, fue elegida como una Isla de Luz por parte de los Lemurianos que eligieron experimentar la vida en las más densas eras de materia física.
Fue elegida por sus increíbles energías y su proximidad a las dimensiones superiores… pero también por los portales superior e inferior; y por su rol en el futuro.
¿Qué ocurrió con los Lemurianos?
En el campo utópico los Lemurianos no estaban atados a la Tierra, pero cuando se disolvió el Firmamento y la Tierra hizo su transición a la polaridad, la mayoría permanecieron por un tiempo, experimentando los cuerpos más densos en los cuales las Almas estaban atadas a formas físicas.
Ya no podían viajar con el pensamiento ni volar en luminosos cuerpos de Luz.
En el flujo del tiempo lineal y de la dualidad, llegaron desafíos mayores; y el conocimiento de un inminente cataclismo… una comprensión de que el continente se sumergiría.
Individualmente, los Lemurianos eligieron:
1. Total fisicalidad en los ciclos duales de reencarnación (Principalmente en Atlántida, Egipto y Rama).
2. Retirarse del Plano Terrenal físico.
3. Mudarse a los Reinos Interiores de la Tierra, frecuencialmente superiores.
La era Lemuriana estaba aparentemente ante el fin; y cuando la dualidad se incrementó, cayó la separación por una temporada.
Pero la separación intencional fue solamente por una era y una temporada, como está marcado en los ciclos cósmicos de la Omni Tierra.
En la superficie y en los reinos internos permanecieron Emisarios Lemurianos Especiales, portando códigos y reteniendo sabiduría, mientras la población de la superficie entraba en mayores densidades de dualidad; y encaraba desafíos que no fueron elegidos por los Lemurianos de la Tierra Interna.
Y consecuentemente, los viajes de los Lemurianos de la Tierra Interna y de la población de la superficie de la Tierra, entraron en dimensiones vibratorias enormemente diferentes.
Los Lemurianos entendían profundamente que a su tiempo habría una nueva fusión. Ese tiempo está llegando.
La Isla de Pascua tiene un papel importante en ese proceso. Ahora está siendo preparada para anclar el Nuevo Firmamento.
Y después del anclaje, en el no muy distante futuro, será un punto de resurgimiento de la familia Lemuriana de la Tierra Interna. Y la reunión reunificará a todos los Lemurianos: los de la superficie, los de la Tierra Interna; y los de Sirio y Las Pléyades.
Mientras tanto, la Isla de Pascua, Rapa Nui 144, siempre ha sido un Portal Sagrado de Sanación, Equilibrio y Remembranza… de aquello que una vez conocisteis y que será otra vez.
La Isla de Pascua os flama ahora. Es un lugar de nutricia energía que está en la perfección del equilibrio.
Irradia las energías que llamáis Femenina Divina y Masculino Divino. Es la perfecta ecuación equilibrada de ambas. Concordantemente, provee la energía necesaria para que los que están desequilibrados reciban el flujo requerido para el equilibrio.
La Isla de Pascua es sin duda una Luz Cristalina de Peridoto; y la Luz de esta energía, que está ricamente embebida por todo su territorio, ofrece el Rayo Verde de Sanación y Alegría.
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