¿ Alguna vez has sentido fascinación por los laberintos? ¿ Has paseado por alguno de ellos? ¿ Has notado los cambios que se producen en tí?

El paseo por un Laberinto es una práctica que tiene miles de años de antigüedad, abarcando todas las Culturas y Religiones.

Se encuentran en sitios tan distantes entre sí como Grecia, Irlanda, China, India o Escandinavia.

Aquí puedes ver la importancia que tuvieron en la cultura celta

La filosofía Neoplatónica representa en el laberinto el estado de perdición, la pérdida del Espíritu en la Creación o Caída y la consiguiente quieras de encontrar el “Centro” para retornar a él, al Espíritu.

Cada bifurcación del laberinto representa en ese sentido las opciones en la vida, una hacia el centro (Espiritual) y otra hacia el exterior (hacia la creación, lo exterior, los sentidos).

También representa lo condicionado de la conciencia humana que se halla atrapada en un espacio pequeño y limitado y no es capaz de ver lo que esta fuera del laberinto. Es pertinente por lo tanto, aprender a ver la vida desde fuera, sin identificarnos con ella.

En la cultura Griega nos enseña la mitología Minotauro (símbolo de la naturaleza animal del hombre que debe ser derrotada) y Teseo, (el héroe solar, como principio crístico o espiritual) en el laberinto de Creta.

La salida de Teseo del laberinto después de vencer al Minotauro sirviéndose del hilo de Ariadna, simboliza su renacimiento, su evasión de la muerte e inmortalidad. Por este motivo el laberinto tiene una asociación con la muerte y este es el motivo por el cual ha sido encontrado en tumbas.

Existen danzas rituales de coreografía laberíntica en Suecia e Inglaterra donde se hacían danzas en laberintos hechos en el pasto y relacionados con el renacimiento.

La Tradición Cristiana desempeño un papel importante con los Laberintos. Fueron colocados en el suelo de muchas Catedrales góticas en toda Europa y se caminó por ellos como parte de las peregrinaciones.

En la Catedral de Chartres podemos encontrar el más famoso de los Laberintos medievales.

El peregrino recorre el Laberinto impregnándose de las energías que emanan, ya que la Catedral se alza sobre un gran montículo prehistórico, encima de una caverna subterránea, la Catedral de Chartres tiene sin duda la influencia oculta de los Alquimistas y Geománticos de la época.

El Laberinto ha ejercido una gran atracción sobre el alma humana. Símbolo de la Iniciación o como protección mágica contra la influencias maléficas.

El Laberinto de un solo sendero tiene un principio y un final, pasear por un Laberinto activa la parte derecha de nuestro cerebro, que implica la intuición y la creatividad. Puede ayudarnos a afrontar los desafíos de la vida, tener nuevas ideas y tomar mejores decisiones así como encontrar la paz y serenidad que tanto requieremos en nuestra vida.

La experiencia de muchas personas en cualquiera que sea la forma (Pintura, Mosaicos, Jardín, Dedo, etc) produce invariablemente el mismo efecto psicológico, una alteración temporal de la orientación consciente al que lo recorre, haciendo perder su camino simbólicamente, abriéndole las puertas, a un estado de Aquí y Ahora, del Presente Consciente.

Usos del recorrido de laberintos:

  • Usalo en tus oraciones.
  • Para saber cual es el paso siguiente.
  • Para encontrar respuestas a tus preguntas.
  • Utilízalo para la limpieza energética.
  • Para eliminar la energía negativa.
  • Como curación personal.
  • Para recibir conocimiento y poder.
  • Para el aprendizaje y la iniciación.
  • Como una celebración.

Una mirada etimológica

La primera etimología de la palabra “Laberinto” del Egipcio “lapi ro hunt”, que significa «templo a la entrada del lago», y hace referencia a un imponente laberinto situado al sur del Cairo, cerca del Lago Moeris que actualmente lleva el nombre de Birqkat Qarun (El estanque de Coré).

Se dice de este laberinto que era la mayor proeza de los egipcios en vez de las pirámides. Es obra del Farón Amenenhat III de la XI Dinastía. El historiador griego Herodoto que lo vió en el siglo V A. de C. dice de él:

«Si se reunieran bajo un solo aspecto todas las fortificaciones y construcciones de Grecia, tal conjunto parecería haber costado menos trabajo y gasto que el laberinto”.

De esta palabra egipcia deriva la palabra griega “labyrinthos” y más tatempera el término latino “Labyrinthus”.

La segunda etimología proviene de la lengua Minoica donde Labrys significa “doble hoja”

El Labrys se asocia en el Palacio de Cnosos, al hacha doble que aparecía en muchas partes de ese Palacio cuya planta y estructura era laberíntica. El hacha doble es el símbolo de la potencia masculina y femenina y representa la unión de los contrarios o la síntesis de los opuestos.

El tercer origen etimológico alude a Isidoro de Sevilla que, en la Edad Media donde aparecieron laberintos en las catedrales, lo deriva de “Labor” (trabajo) e “Intus” (interior o lugar cerrado). Entonces si el laberinto era una prisión representaba el “trabajo para salir” y si había que entrar representaba la “protección para un tesoro”.

Fulcanelli nos dice acerca del laberinto:

«La imagen del laberinto se nos presenta como un símbolo del trabajo en la Gran Obra, con sus dos mayores dificultades:
La del camino que hay que seguir para llegar al centro donde se libra el duro combate entre las dos naturalezas
La del camino de salida con el hilo de Ariadna para no extraviarse en los Meandros de la Obra y verse incapaz de salir.»