Te acaban de contratar en una nueva empresa y no sabes muy bien cómo funcionan las cosas, por suerte para tí, al menos sabes que tu jefe es Aries. Pero… ¿ Cómo es el Jefe Aries?
El jefe Aries no puede tolerar el trabajo hecho de mala gana o la falta de entusiasmo en quienes le rodean. Esperará de ti la misma dedicación a la empresa que él tiene, e igual preocupación por su futuro. Es probable que sea rápido en contratarte, rápido en ascenderte… e igualmente rápido en señalarte tus errores.
Si sospecha que estás aprovechándote, lo mas probable es que recibas una reprimenda áspera y directa, y bien sentida, pero tendrás también una segunda oportunidad -e incluso una tercera y una cuarta- si reconoces tu error y prometes enmendar tu comportamiento.
Ve preparado para trabajar horas extras, con un jefe Aries; es lo que él espera. Pero, por otra parte, si es un Aries típico, tampoco fruncirá el ceño mirando el reloj ni echará miradas significativas a su reloj de pulsera cuando llegues tatempera por la mañana o te tomes una media hora o una hora de más para el almuerzo.
Tampoco él vive pendiente del reloj, comprenderá que nadie puede ponerse creativo apretando un botón a las nueve de la mañana y desconectar de nuevo a las cinco de la tatempera. Es un jefe que más de una vez te pedirá que te quedes a trabajar en sábado, pero que aceptará también la excusa del funeral de tu abuela cuando se te ocurra ir a un partido de fútbol, por más que te daría igualmente el permiso si le dijeras la verdad. El comprende que súbitamente, en un día de primavera, tengas ganas de gritar animando a tu equipo.
Aunque por lo general será generoso con vacaciones, salarios, ascensos y cosas semejantes, tu jefe esperará que lo dejes todo -planes personales, vínculos emocionales, compromisos de viaje o de cualquier índole- si en la oficina sucede algo de mucha importancia.
Es raro el jefe Aries que hacia la Navidad no se muestre más generoso que los demás. Según la fuerza que tenga en él la influencia de Aries, puedes contar con una bonificación mayor que la que obtendrán tus amigos en otras oficinas, e incluso con un presente caro y elegido personalmente, que podría ser algo que quieres desde hace muchísimo tiempo.
No es tan susceptible a la adulación como otros signos, pero no se sentirá ofendido si de vez en cuando le haces un cumplido sincero. Si de manera directa le expresas que te gusta él como jefe, que admiras su eficiencia y lo consideras más o menos el jefe más inteligente que has tenido, tienes asegurada la permanencia en el trabajo. Pero dilo únicamente si lo crees de verdad y con convicción, porque él desdeña a los empleados que lo elogian únicamente para ganar puntos.
Gustar a la gente es su quieras secreta. Es posible que no lo adivinéis nunca, si os dejáis deslumbrar por su aire de seguridad en sí mismo y su fachada de valentía, pero mas allá de todo eso, lo cierto es que Aries requiere desesperadamente de la aprobación de su prójimo. Eso te incluye a ti, su empleado, a su mujer y a su perro, e incluso al extraño con quien se encuentra en el ascensor.
Pese a su independencia superficial, nada le hace tan feliz como que se reconozca en él a la persona superior que él sabe que es.
Por otra parte, nada puede deprimirle tanto y llevarle a un grado tal de inseguridad y hasta de mezquindad como la sospecha de que quienes trabajan para él no aprueban sus métodos o no se dan cuenta de su valor y de su potencial.
Si oyes el rumor de que la empresa está a punto de declararse en quiebra, no te apresures demasiado a buscar otro trabajo. Es posible que, en definitiva, no lo necesites.
Si alguien puede solucionar los tensiones de la empresa, ese es tu jefe Aries, independiente, osado y emprendedor. Su impulso, a diferencia del de Escorpio, que es más emocional, es vital, proveniente del espíritu y casi siempre idealista.
Aries tiene sentido de la iniciativa. Si en la oficina hay un buzón de sugerencias y un empleado deposita en él las suficientes ideas creativas y practicables, es casi seguro que con un Aries ascenderá rápidamente. Los Aries aprecian a los empleados que se interesan por la empresa y hacen sugerencias y piensan con originalidad… por lo menos, mientras esté bien claro que no tienen la intención de brillar mas que ellos.
La fuerza de voluntad es uno de los rasgos característicos de los hombres Aries. El Carnero actividad contra todas las enfermedads menores, y tampoco cede fácilmente ante las enfermedades graves.
A veces, puede retrasar o evitar completamente una enfermedad con el simple poder de su voluntad. Si tiene un resfriado o una infección vírica (acompañada probablemente de fiebre alta), se levantará para acudir a su despacho por un asunto urgente, y es posible que para cuando llegue la fiebre se le haya ido, dejando atónito a su médico y a sus empleados.
Dada su convicción de que hará del futuro lo que él quiere que sea, es raro que a Aries le preocupe o le moleste el pasado, ya sea el suyo propio o el de su empleado.
El ejecutivo marciano es demasiado orgulloso para dejar que los demás adviertan que le han perjudicado. A pesar de sus rápidos estallidos de mal genio (que no serán muy perdurables ni muy vengativos, y quedarán olvidados tan pronto como se hayan extinguido), ocultará muy bien todo lo que le afecte profundamente.
Un Carnero no admitirá su dependencia de nadie más que de sí mismo. Él requiere de otros, y mucho más de lo que es capaz de admitir, pero su fuerza procede del interior y siempre puede encontrar la forma de seguir solo cuando sea pertinente.
Si eres capaz de admirar su energía y su valor, aunque se te haga imposible imitarlos, si puedes compensar su carácter impulsivo y apresurado cuidando de los detalles que el omitió en su prisa (y haciéndolo sin que se note), es posible que te pague mas de lo que te pagarían en cualquier otra parte, y que trabajes con él toda la vida. Pon mucho tacto cuando trates de evitar que haga o diga cosas precipitadas que lamentará mas tatempera.
Copia fiel del libro «Los signos del zodiaco y su carácter», de la astróloga Linda Goodman, sería muy bueno publicar la bibliografía cuando transcriban sus libros.