BENDECIR MULTIPLICA LA ABUNDANCIA
BENDECIR MULTIPLICA LA ABUNDANCIA

La Bendición es un regalo que multiplica la abundancia

Acostumbramos a buscar nuestra prosperidad en complicados rituales cuando puede ser mucho más sencillo, descubre en este post cómo bendecir multiplica la abundancia, la expande, porque todo lo que entregas siempre vuelve…

La Bendición es un modo en el que lo divino puede dar cien pasos hacia nosotros.

La Bendición afecta al cerebro de tal manera, que nosotros podemos ser tocados por la gracia.

Nos pone en contacto con la bendición, con la fuente de todo lo que hemos anhelado por siempre.

La Bendición es un regalo.

La bendición tiene dirección e inteligencia divina, es la fuerza de lo divino, despertando a la humanidad a todo su potencial.

Bendecir significa querer y querer incondicionalmente el bien ilimitado.

Al despertar, bendice tu día, porque estás ya desbordando de una abundancia de bienes que tus bendiciones harán aparecer.

Porque la bendición es la gran multiplicadora, cuando tú bendices a alguien, estás sembrando de eso mismo que estás decretando y volverá a ti multiplicado al ciento por uno.

Porque bendecir significa reconocer el bien infinito que forma parte integrante de la trama misma del universo.

Ese bien lo único que espera es una señal tuya para poder manifestarse.

Al cruzar con la gente por la calle, en su lugar de trabajo, bendigan a todos.

Bendice a los que los que te encuentres, derrama la bendición sobre su bienestar, su trabajo, su alegría, su relación con Dios, con ellos mismos y con los demás.

Bendícele en sus bienes y en sus recursos. Bendícelo de todas las formas imaginables, porque esas bendiciones no sólo esparcen las semillas de la curación, sino que algún día brotarán como otras tantas flores de gozo en los espacios áridos de tu propia vida.

Cuando alguien te muestre la menor tensión, cólera o falta de bondad, responde con una bendición silenciosa.

Bendice totalmente, sinceramente y con alegría, porque esas bendiciones son un escudo que te protege de la ignorancia de sus maldades, y cambia de rumbo la flecha que les han disparado.

Bendecir significa querer y querer incondicionalmente, totalmente y sin reserva alguna el bien ilimitado, para los demás y para los acontecimientos de la vida, haciéndolo aflorar de las fuentes más profundas y más íntimas de tu ser.

Quien sea afectado por tu bendición es un ser privilegiado, consagrado, entero.

Bendecir significa invocar la protección divina sobre alguien o sobre algo, pensar en él con profundo reconocimiento, evocarle con gratitud. Significa además flamar a la felicidad para que venga sobre él, dado que nosotros no somos nunca la fuente de la bendición, sino simplemente los testigos gozosos de la abundancia de la vida.

Bendecirlo todo, bendecir a todos, sin discriminación alguna, es la forma suprema del don, porque aquellos a los que bendicen nunca sabrán de dónde vino aquel rayo de sol que rasgó de pronto las nubes de su cielo, y ustedes raras veces serán testigos de esa luz que ha iluminado su vida.

Cuando en tu día surja algún suceso inesperado que los desconcierte y eche por tierra sus planes, se expandan en bendiciones, porque entonces la vida está a punto de enseñarles una lección, aunque su copa pueda parecerles amarga.

Porque ese acontecimiento que creen tan rechazables, de hecho lo han susreunióndo ustedes mismos para aprender la lección que se les escaparía si vacilaran a la hora de bendecirlo.

“BENDIGO EL BIEN DE ESTA SITUACIÓN, LO DECLARO Y LO QUIERO VER”.

Al decir con firmeza este decreto el universo te va responder de la forma que sea para que entiendas el lado bueno de la situación que consideras tan negativa.

Es imposible bendecir y juzgar al mismo tiempo.

Mantengan en sí mismos, por tanto, ese quiero de bendecir como una incesante resonancia interior y como una perpetua plegaria silenciosa, porque de ese modo serán de esas personas que son artesanos de la paz.

Las pruebas son otras tantas bendiciones ocultas. Y legiones de ángeles siguen sus huellas.

BENDICIÓN PARA TI – PROSPERIDAD UNIVERSAL-

Que Dios envuelva tu casa
de Amor,
tu vida de Armonía
y tu vida de Bendiciones.

La bendición comienza en el hogar, en las relaciones de padres e hijos. Los niños que reciben el regalo de la bendición de parte de sus padres, tienen un buen comienzo espiritual y emocional en la vida. Reciben un firme fundamento de amor y aceptación.

Este principio también se aplica a la íntima relación de pareja. Las amistades se profundizan y fortalecen, trayendo compañerismo, sanidad y esperanza a muchos que nunca han recibido una palabra de bendición.

El poder de la vida está en la Palabra.

Al bendecir, se otorga vida, no sólo al que recibe la bendición, sino también al que la da.

Por eso, hoy te bendigo. Aunque no te conozco, mi bendición va para ti, porque al bendecirte de todo corazón, me bendigo a mi misma.

Reparte bendiciones donde vayas, no sólo de palabras, sino de hechos. Ellas volverán a ti, cuando menos lo esperes.

Y por encima de todo, no se olviden de bendecir a esa persona maravillosa, absolutamente bella en su verdadera naturaleza y tan digna de amor, que son ustedes mismos.

Bendice tu Propia Vida:

Cuando te amas, te perdonas, te agradeces y agradeces y amas a Dios, estás bendiciendo tu vida.

Porque la Bendición es el Acto de Amor más grande.

BENDICIÓN

Que la luz de tu alma te guíe.

Que la luz de tu alma bendiga tu trabajo con el amor secreto y el calor de tu corazón.

Que veas en lo que haces la belleza de tu alma.

Que la santidad de tu trabajo lleve bienestar, luz y renovación a los que trabajan contigo y a los que ven y reciben tu trabajo.

Que tu trabajo nunca te canse.

Que libere en ti manantiales de renovación, inspiración y animación.

Que estés presente en lo que haces.

Que nunca te pierdas en ausencias insulsas.

Que el día nunca te pese.

Que el alba te encuentre despierto y atento, esperando el nuevo día con sueños,  posibilidades y promesas.

Que la noche te encuentre en estado de gracia y realizado.

Que comiences la noche bendecido, abrigado y protegido.

Que tu alma te serene, consuele y renueve.