ARTES ADIVINATORIAS QUE AUN NO CONOCES Y TE SORPRENDERÁN

Os presentamos una serie de técnicas adivinatorias muy singulares, todas muy antiguas. Algunas aún siguen utilizándose y otras, afortunadamente, han quedado para la historia.

AEROMANCIA:

La aeromancia es una forma de adivinación basada en la naturaleza, ya que interpreta las nubes para adivinar el futuro.

Para realizar dicha interpretación, se observan fenómenos atmosféricos como las nubes, los rayos, los truenos y la posición de los planetas.

Se trata de un método adivinatorio muy antiguo, milenario, nacido de observar la repetición de los fenómenos atmosféricos a diario.

La forma de las nubes, su posición o densidad son las características más observadas para determinar el porvenir por medio de la aeromancia.

El intérprete de las nubes: La interpretación de estos fenómenos atmosféricos la realiza un vidente, quien se cree que también interviene en la formación de figuras para que se adapten al mensaje adivinatorio. Esto no es algo consciente, sino inconsciente, y se denomina psicoquinesia.

Para realizar una sesión de aeromancia, se debe buscar un lugar despejado, sin urbanizar y sin árboles. Entonces, se pregunta a las nubes, de manera muy clara, algo que se pueda contestar con un sí o un no.

Si el viento sopla del norte o el oeste, significa que sí, si es del este o del sur, es que no.

KEFALONOMANCIA:

Una curiosísima manera de adivinar la culpabilidad de una persona era la kefalomancia. Tan extraño nombre corresponde a una práctica adivinatoria ya perdida, muy popular entre germanos y lombardos.

La Kefalomancia consistía en usar la cabeza de un asno para pronunciar un veredicto sobre un presunto culpable. Posteriormente, se usó la cabeza de una cabra en lugar de la de un asno.

La extinción de esta mancia proviene, probablemente, de la creencia popular de que era parte de la brujería.

¿En qué consiste la Kefalomancia? El procedimiento de la Kefalomancia era el siguiente: se cogía la cabeza de un asno, se rereuniónban una serie de plegarias “mágicas” y, posteriormente, se depositaba sobre brasas encendidas.

A continuación, se pronunciaban varios nombres de personas a las que se creía culpables de un final: si las mandíbulas del asno se retorcían y chocaban, la culpa recaía sobre la persona cuyo nombre se había pronunciado.

Esta práctica, además de inexacta, era bastante desagradable. No obstante, mientras estuvo vigente condenó a muchos inocentes, por lo que se piensa que ésta es una de las razones por las que no ha perdurado.

MARGARITOMANCIA

La Margaritomancia es una de las formas de predicción menos conocidas. A pesar de que su nombre nos sugiere la adivinación mediante un tipo de flor, lo cierto es que esta manera de predecir el futuro usa las perlas para saber qué acontecerá en el porvenir.

Esta forma de adivinación se utilizaba para determinar si una persona era o no culpable de robo.

¿Cómo se realizaba el proceso? Pues se colocaba la perla, tapada por un recipiente de metal boca abajo, frente a una chimenea encendida.

A continuación, se le iban rereuniónndo los nombres de los presuntos culpables, o se preguntaba directamente (con una cuestión que pudiera ser resuelta con un sí o un no) si era culpable.

Si la perla permanece en silencio, significaba negación: era inocente.

No obstante, si la perla saltaba y chocaba con el recipiente de metal, produciendo un ruido, se demostraba su culpabilidad.

La Margaritomancia también se puede usar, a día de hoy, para predecir acontecimientos de amor, dinero o trabajo. El procedimiento es el mismo, únicamente debemos formular las preguntas que nos interesen.

AUGURIO

.Se entiende por augurio aquel presagio o vaticinio que desvela sucesos que ocurrirán en el futuro basándose en alguna evidencia.

Generalmente el augurio predice un cambio que está por venir.

Los augurios se realizaban a partir de señales de distinta índole. Entre las más comunes se encontraban:

  • Señales del cielo, como rayos y relámpagos.
  • Comportamiento de las aves, como el graznido o el vuelo de lechuzas, grajos, cuervos, águilas, buitres y halcones.
  • Comportamiento de mamíferos y reptiles,
  • Acontecimientos fuera de lo normal, que generalmente se interpretaban como un mal augurio.

En la Antigua Roma, había sacerdotes que practicaban oficialmente esta forma de adivinación: eran los augures, y ocupaban un cargo oficial (lo que hoy equivaldría a un funcionario), pero también existían los augures particulares.

Estaban muy bien considerados, y, de hecho, a los augures oficiales sólo se les podía consultar si se tenía un alto cargo o posición.

Los augurios hoy en día: Los augurios no han quedado obsoletos ni relegados a la magia, sino que se siguen usando habitualmente.

Un ejemplo son las Cabañuelas, un método de adivinación meteorológica muy popular en el Sur de España, que, con la observación de los primeros 24 días de agosto, predice el tiempo los siguientes doce meses.