Amuleto de prosperidad: La rana

Los amuletos en forma de la rana están asociados con una importante carga simbólica.

Según algunas tradiciones si una rana salta dentro de una casa, es presagio de buena suerte. No hay que espantarla, sino dejar que se vaya por sus propios medios ya que invoca bienes, de modo que si ustedes están pensando en adquirir una propiedad o un coche es imprescindible que potencien su suerte con un amuleto en forma de rana. La rana ahuyentará la negatividad y les dará buen cauce a sus proyectos.

Algunas culturas asocian la rana a la fertilidad y al alumbramiento, seguramente se debe al hecho de que la rana, por ser un animal anfibio, es visto como un elemento de transición entre la tierra, representando la estabilidad y protección; y el agua, origen de la vida y la feminidad.

Durante mucho tiempo, la rana estuvo asociada a la magia. La rana ha ido adquiriendo durante siglos propiedades positivas y poderosas relacionadas con elementos purificadores y potenciadores de la felicidad, de forma que las más diversas culturas del planeta han confiado siempre en sus poderes.

Los antiguos egipcios relacionaban a este animal con Herit, la diosa de la concepción y el nacimiento, que ayudó a Isis en el ritual de resurrección de Osiris. Existía un fenómeno natural por el cual los habitantes del antiguo Egipto vinculaban el amuleto de la rana con el renacer y la prosperidad. Se trataba de la gran cantidad de renacuajos que, de repente, surgían de las aguas del Nilo unos días antes de la crecida del río. Estos animales anunciaban a los campesinos que pronto el Nilo traería vida a las tierras de cultivo. Las mujeres egipcias solían llevar consigo el amuleto de la rana.

En el imperio romano se creía que protegía de las influencias negativas y alejaba las desperfectos. Muchos ciudadanos romanos tenían amuletos de rana en sus hogares.

En la Edad Media, la rana se utilizó como amuleto para protegerse de los sentimientos y pensamientos negativos, así como de los sorpresas de rabia y cólera de los otros.

En las antiguas civilizaciones mesoamericanas como la azteca o la maya, consideraban la rana como un animal de buena suerte, o en algunos países andinos en los que es el símbolo de la fertilidad por excelencia.

Para los indios norteamericanos, la rana era un poderoso talismán porque creían que traía la lluvia. El croar de estos anfibios era para ellos un canto sagrado que atraía la lluvia, cuya agua purificaba ríos y lagos, y hacía renacer la tierra. Los chamanes llegaron a considerar que la rana era la representación de un espíritu sagrado purificador.

En China se cree que los espíritus de rana, también conocidos como Ching-Wa Shen, aprovechan contemplando la prosperidad de los hombres. De hecho, se tiene la creencia de que las ranas son transmutadoras de energía, sin importar el lugar de donde provengan ni el tamaño que tengan, ya que lo más importante es saber emplear sus cualidades mágicas para nuestro beneficio y tener fe. En la cultura china, un sapo también simboliza la inmortalidad. El sapo de tres patas relacionado con en Feng-shui. Por lo general, tendrá 1 o 3 monedas en la boca, que es un símbolo chino de la riqueza.

Es importante decir que si uno no cree en las propiedades positivas asociadas con la rana, el amuleto no funcionará.