ALGUNOS DATOS SOBRE FORMAS DE REENCARNACIÓN

– Se conservan algunos datos del mismo genero de vida en vida, a lo largo de un número inmenso de reencarnaciones. Sin embargo, cada cierto tiempo encarna en el otro genero para pasar por experiencias que no podría conocer de otra manera. Por ejemplo, si siempre fuera hombre no podría pasar por la experiencia del parto.

– Cada alma determina el tiempo entre reencarnaciones. Si estás muy cansado, entonces te tomas un descanso. Si eres sabio, tomas tiempo para digerir tu conocimiento y planear tu siguiente vida, de la misma manera que un escritor planea su próximo libro. Si tienes demasiadas ligas con esta realidad o si eres demasiado impaciente o si no has aprendido lo suficiente, entonces puedes regresar con demasiada rapidez. Siempre queda esto como decisión del individuo. No existe la predestinación. Las respuestas se encuentran detrás de ti mismo entonces, como están dentro de ti ahora.

– Los grupos de almas tienden a reencarnarse juntos una y otra vez, para elaborar el Karma (deudas para con otros y para con uno mismo, lecciones que hay que aprender) a lo largo de muchas vidas.

– En el momento en que se produce el fallecimiento el alma abandona el cuerpo; flota por encima y luego se ve atraída hacia una luz maravillosa y energética. El alma pasaba automáticamente al más allá. El embalsamamiento, los ritos fúnebres y cualquier otro procedimiento posterior a la muerte no tienen nada que ver con esto: es automático, sin preparativos pertinentes, como cruzar una puerta que se abre.

– Las investigaciones con pacientes que han recordado sus desencarnaciones en vidas anteriores indican que la experiencia del fallecimiento es prácticamente la misma para todos. Repasan su vida desde el amor, sin juzgar ni criticar. Sin embargo, sienten las emociones profundamente, tanto las suyas como las de los demás, y así aprenden a un nivel profundo. Por ejemplo, si una persona ha ayudado de todo corazón a otra que lo requiereba sentirá que le hace llegar su gratitud y su amor, pero si ha hecho daño o perjudicado a los demás, sea emocional o físicamente, experimentará su rabia, además de su dolor. Qué oportunidad tan maravillosa de aprender. Más adelante, la persona y su comitiva, formada por los guías, los sabios, los ángeles y otros seres que le han ayudado con amor a lo largo de muchos años, preparan su próxima vida, para que pueda rectificar lo que haya hecho mal.

– Siempre estamos desarrollándonos y aprendiendo. Cuando ya no nos hace falta reencarnarnos, cuando hemos aprendido todas nuestras lecciones y pagado nuestras deudas, se nos da a elegir. Podemos regresar de forma voluntaria para ayudar a la humanidad con un serdefecto de amor, o quedamos en el otro lado y ayudar desde ese estado. En ambos casos, seguimos progresando por las dimensiones divinas.

– Existen millares de casos registrados en la bibliografía científica que confirman la Reencarnación. Sobre todo los de niños que hablaban idiomas extranjeros sin haberlos oído nunca, que tenían marcas de nacimiento allí donde habían recibido antes perjudicadas mortales. Niños que saben dónde hay objetos preciosos ocultos o enterrados, a miles de kilómetros, décadas o siglos antes.

– Las personas que regresan, después de un período de peligro de muerte, se separan del cuerpo y contemplan los trabajos que se hace por resureuniónrlos, desde un punto situado por encima del cuerpo. A su debido tiempo cobran conciencia de una luz brillante o de una relumbrante figura espiritual en la distancia; a veces, al final de un túnel. No hay dolor. Cuando cobran conciencia de que aún no han completado la tarea que tienen que cumplir en la Tierra, de que deben regresar al cuerpo, inmediatamente vuelven a él y sienten otra vez dolor y otras sensaciones físicas.

– Cuando el alma abandona el cuerpo se ve una luz maravillosa. Otras almas salen a su reunión, vienen a ayudar. Son almas maravillosas, que no tienen miedo. El ser recién desencarnado se siente muy liviano, sólo siente paz. Empieza un tiempo de consuelo, donde el alma es reconfortada. El alma aquí encuentra paz y se dejan todos los dolores físicos atrás. El alma está apacible y serena. Es una sensación maravillosa como si el Sol brillara siempre sobre uno. La luz es muy a tope y tiene muchos colores. Todo viene de la luz. De esa luz viene la energía. Nuestra alma va inmediatamente hacia allí. Es como una fuerza magnética que nos invoca. Es como una fuente de poder que sabe curar.

– Las vidas no se miden por años, sino por las lecciones aprendidas y tareas completadas: esperanza, fe, amor, ayudar y compartir sin expectativas de recompensa.

– Cada individuo es exactamente lo que él se ha ganado el derecho de ser. Lo rodea aquella felicidad cuyos derechos ha adquirido en el pasado. Se enfrenta en la actualidad con las deudas contraídas en la anterior vida y que hoy le salen al reunión. La infelicidad es el resultado del sufrimiento infligido a otros en la vida anterior y que antes de nacer aceptó ahora reparar.
Si su cuerpo hoy es débil, es porque antes lo descuidó, si carece de amigos es porque en la anterior vida no los hizo. El hombre es el resultado de su pasado y será el fruto de su presente. Los dones y facultades actuales son el resultado de su sincero trabajo de ayer. Quien trabaja de esclavo puede volver hecho un príncipe, por amable respetabilidad y méritos ganados. Quien gobernó de rey puede volver vagando por el mundo, vestido de harapos, por cosas que hizo o dejó de hacer. Si quieres conocer el pasado, mira tu vida presente. Si quieres conocer el futuro, mira tu vida presente.

Buddha.